En un pequeño pueblo italiano, un circo llega con sus payasos para representar obras y entretener a sus habitantes. Lo que a priori sería un espectáculo de mimo y risas, se acaba convirtiendo en un drama, el que están viviendo sus protagonistas también fuera del escenario circular del circo.
Hablamos de la ópera PAGLIACCI, compuesta por Ruggero Leoncavallo y que se considera una de las obras de ópera más representadas a día de hoy. Con esta propuesta, la entidad Catalunya Ópera nos acerca a este género musical y para ello ha elegido como escenario el Circo Raluy Legacy.
El amor, el desamor y todas las emociones posibles se encontraron en la representación de PAGLIACCI en medio del escenario circular del circo Raluy Legacy con una escenografía inexistente. Las luces de colores serán el único recurso empleado para darles más intensidad a las interpretaciones de Nedda (Natasha Tupin), Canio (Daniel Muñoz), Tonio (Marco Moncloa), Peppe (Facundo Muñoz) y Silvio (Joan García Gomà); sin olvidarnos de las apariciones de los artistas del Circo Raluy Legacy, que representaban números de circo en varias ocasiones para deleite del público. Todo ello rematado por el director de orquesta Fernando Álvarez y el coro de Catalunya Ópera, en el que destacó con nota la división femenina con respecto a la interpretación masculina.
Todo ello se ha unido para homenajear la obra de Leoncavallo en una representación rápida y amena haciendo honor a la intención de este ciclo organizado por Catalunya Ópera, que busca acercar este género al público de una manera más asequible de lo habitual en los círculos de teatros.
PAGLIACCIsin duda alguna era la candidata perfecta para ganar aficionados a la ópera dada la variedad de registros que van desde el amor hasta la ira y la tragedia, una diversidad que requiere una buena ejecución vocal sin olvidarnos de la interpretación, aunque de eso van sobrados los protagonistas.
La simplicidad con la que se ha preparado PAGLIACCI en su escenificación choca frontalmente con el entorno en el que se ha podido ver esta ópera, y es que el Circo Raluy Legacy, temporalmente establecido en Barcelona, se mantiene fiel a la estética del circo clásico. En el recinto de la carpa se puede ver una muestra de lo que era el circo ambulante en sus inicios, y el de la familia Raluy no debe de distar demasiado del que debió usar Leoncavallo como escenario de su ópera. El escenario de forma circular podía resultar ligeramente incómodo en momentos en el que éste se llenaba con el coro etcétera, pero el balance general es que el PAGLIACCI ofrecido por Catalunya Opera no hubiera sido lo mismo sin esta colaboración.
Un ensayo sobre cómo la ficción se puede ver superada por la realidad y cómo ambas pueden llegar a entremezclarse en una orgía de celos e ira, de la misma manera el entorno circense se mezclaba con una obra que permitía trasladarse a otro momento, en un pueblo de la Italia interior, donde unos payasos decidieron llevar al circo el drama que estaban viviendo fuera de él.
Crítica realizada por Bea Garrido