novedades
 SEARCH   
 
 

05.01.2017 Críticas  
La última llamada

El prolífico Jean Cocteau escribió en 1930 este duro texto. Un texto para una sola actriz, que conversa vía telefónica con la que ha sido su pareja, su amor, su ancla vital. Un texto duro que requiere tempo y freno. Ana Wagener nos brinda una dolorosa interpretación.

En el ciclo Femenino Plural programado por el Pavón Kamikaze, ha entrado este breve pero intenso texto de Jean Cocteau. Un texto reconocido y reconocible. LA VOZ HUMANA ha sido interpretada por actrices desde Ingrid Bergman a Amparo Rivelles. El texto de Jean Cocteau, a pesar de tener más de 80 años, supera con nota el paso del tiempo. El amor, la ruptura y la desesperación no tienen como enemigo el paso de los años. Su dolor es reconocible hoy, lo fue en los años 30 y lo será en el futuro.

Israel Elejalde ha añadido ligeros toques de contemporaneidad. El teléfono ya no tiene cable, y se habla de coberturas. Aprovechando el espacio del ambigú del Pavón entramos de lleno en la habitación de un personaje roto. Esta mujer recibirá la llamada de alguien a quien jamás escucharemos. No es necesario. El texto está tan genialmente hilvanado que las palabras de ese hombre nos retumban en las sienes sin siquiera oírlas. Pronto descubriremos que esta mujer que intenta componer la dignidad se va a dejar llevar por el dolor. ¿Hasta qué punto el dolor la terminará de romper? La respuesta estalla literalmente como esa copa que Ana Wagener hace explotar contra la pared. La cuerda floja está dispuesta, los cristales amenazan los pies descalzos. La sangre llama.

El trabajo de Ana Wagener es sorprendente. Dos personajes en uno. Los silencios e interrupciones telefónicas destilan verdad. Un trabajo contenido, en el que intuí que se podría haber optado por el desgarro más conocido. Pero el freno echado permite ir asimilando las duras frases que van cayendo por la línea telefónica. Ella no puede controlar ni superar que él ya no esté a su lado, que vaya a ir a su hotel de Barcelona sin ella. Ella se derrumba, ella se muere, el desamor la ahoga. La obra no habla de víctimas ni verdugos. No se buscan culpables. Se retratan emociones fácilmente reconocibles, identificables por cualquiera que haya hablado por teléfono con el amor de su vida cuando ya sabía que lo había perdido para siempre.

LA VOZ HUMANA termina con un silencio. Un terrible mutis de esos que el aplauso no quiere romper. Hay que pensar por unos instantes, hay que sentirse con los pies fríos paseando entre los cristales, hay que ver la ventana abierta. Luego hay que aplaudir y recomponerse.

Crítica realizada por Moises C. Alabau

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES