Enric Montefusco es uno de esos músicos respetados por todos, y no es para menos: cuenta en su haber con 10 años encima de los escenarios y habiendo pasado por muchas etapas musicales: desde el hard rock punk hasta el progresivo (por ponerle alguna etiqueta).
Esta vez el barcelonés se ha rodeado de músicos de primer nivel y de excelente ejecución que irán adaptando el set de instrumentos sobre la marcha. Ya lo decían las primeras reseñas del disco ‘Meridiana’: las guitarras eléctricas y los sintetizadores a los que nos tenían acostumbrados los Standstill han dejado paso a trompetas, acordeones y sonidos más sencillos; en el directo, Montefusco está acompañado de Pere Jou (Quart Primera), Alex Puig (Quartet Brossa) y Ramón Rabinad.
El exlíder de la banda de culto Standstill, Enric Montefusco, presentaba su LP ‘Meridiana’ en el Casino l’Aliança de Poblenou en el marco del Festival del Mil·leni. Un concierto que ha ido creciendo de intensidad sin parar hasta llegar a un clímax al que pocos artistas nos tienen acostumbrados.
Parece ya de otra era aquel emotivo concierto de despedida de Standstill que quedó grabado en la memoria de todos los que estuvimos allí, el recuerdo de las lágrimas de Montefusco o de Ricky Falkner y la incertidumbre de quien no sabe cuándo podrá repetirse algo así. Y el compositor e intérprete se deshace en agradecimientos antes de empezar con su setlist en el Casino, que pasará por todos los temas del trabajo que presenta esta noche. La perfecta acústica del Casino acompaña unas cuidadas letras llenas de tintes autobiográficos: suena ‘Adiós’ y a continuación ‘Meridiana’ para dar paso a ‘Todo para todos’.
Y así avanza el concierto, con un set de instrumentos poco usual con una guitarra, batería, teclado, violines, un acordeón, una trompeta y una tuba que se irán alternando para sorprender con unos arreglos perfectamente hilvanados. Con ‘Flauta man’ aquellos que han escuchado el disco y conocen ya a Montefusco de otras épocas, se preguntan en silencio cómo salvará el acelerón de la voz que añade al final de la versión del disco (o incluso si lo hará); y para los que se lo estén preguntando: sí, también canta el final, pero a su manera, que es incluso mejor.
Suena ‘Vida plena’ y después ‘Uno de nosotros’, los músicos no pierden el tiempo entre temas y éste pasa volando en la platea. Con ‘Lo poco que sé’ vuelven esos acordes de guitarra a los que ya nos acostumbró con ‘Adelante Bonaparte’ para después interpretar ‘¿Por qué me llamas a estas horas?’. No cabe ninguna duda del cariño que el público le tiene a Standstill y, de nuevo, la banda interpreta este mitiquísimo tema con sus inusuales instrumentos para una canción de rock de una manera impecable y muy original.
Volvemos del bis con el subidón en el cuerpo para relajarnos con ‘El riu de l’oblit’ y una versión de un tema de Albert Pla para llegar al momento hasta ahora álgido en el que Montefusco cantará ‘Adelante Bonaparte’, un tema bailable y muy optimista de su época en Standstill.
¿Y por qué quedarnos sentados? De repente Enric Montefusco y su banda se arremangan y nos invitan a continuar con el concierto fuera, todo el público, siguiendo el sonido de la tuba se encuentra en el vestíbulo con un escenario improvisado y un encantador y cercano Enric que entona ‘Todo para todos’. Un estribillo con aires de himno con todos cantando en plena catarsis colectiva maravillados de que estas cosas pasen, de vivirlo en directo y de poder participar de la ilusión de unos músicos que nos consiguen sorprender y enamorar haciendo aquello que más les gusta.
Con ‘Obra maestra’ cantada a capella, nos despedimos de la banda entre aplausos con una sonrisa de oreja a oreja, sabiendo que hemos visto uno de esos conciertos que solo pasa una vez.
Crónica realizada por Bea Garrido