Oscuridad. Silencio. Cuatro disparos. Y un hombre muerto a bocajarro con una 9 mm. El hombre muerto, Raúl Undurraga, es periodista e hijo del alcalde de la ciudad. El policía que investiga el caso, joven pero perseverante. Y luego, los tres sospechosos: el propio alcalde y padre de la víctima, el jefe de policía y Charo, su mujer y amante del malparado Undurraga.
Ese es el inicio de la trama policíaca 9MM UN HOME ACABA DE MORIR ALLÀ FORA y que está inspirada en la novela negra escrita por Kleber Luiz Bosque que él mismo co-dirige junto a Rosario Arena.
Los amantes del genero, se encontrarán con un montaje sencillo pero con una base bien elaborada, donde se camina todo el rato en la duda entre si este ha sido un crimen pasional o una venganza. No hay sorpresas ni grandes giros, pero si un desarrollo extenso, ahondando en la situación y personalidad de cada personaje a medida que pasan los minutos, mediante saltos entre el presente y flashbacks del pasado inmediato, para lograr entender el marco de todo lo que está sucediendo.
Unas actuaciones que dan la talla, aunque en esta ocasión, y si se me permite, la parte más joven del grupo de actores son los que brillan con más fuerza y los que le dan máxima credibilidad a sus personajes. En particular, Pol Fernández, como Undurraga, aparece fantástico y totalmente entregado en su trabajo. Pero Imanol García, como investigador y Ramón Garrido, como su jefe también realizan trabajos fantásticos.
La peculiaridad en el montaje de que todos los personajes en algún momento, expliquen lo que está pasando al público, teniendo en cuenta de que el Àtic 22 es una sala de teatro de pequeño formato le da un toque más intimista y personal. Y desde el principio, la obra tiene un tono que se mantiene, y un desarrollo que propone contar la historia entre pasado y presente y alternando los sucesos a la izquierda del escenario y luego a la derecha, así durante toda la función, que es fácil de seguir, pero que no le roba en absoluto misterio y suspense a la obra. El único problema que encuentro le resta un poco de disfrute, es que tal y como está dividido escenario y platea hay partes de la obra que no puedes ver bien, porque ocurren en una zona a la que no todo el público puede acceder visualmente. Escuchas a la perfección, pero no puedes ver gestos y emoción. No es imprescindible para nada, pero sí que se echan de menos esas partes. Pero es normal que esto ocurra porque quizá la sala se queda un poco justa de espacio para una obra de cinco actores y tres ambientes en un mismo escenario.
Pero no nos vamos a quedar con esos aspectos que a veces son circunstancias inevitables, y sí nos quedamos con el hecho de que 9MM consigue lo que todo thriller debería de conseguir: mantener el suspense de la trama hasta el final, dando la información suficiente para que el espectador pueda hacer cábalas y llegar a una decisión antes de que se desvele la resolución final.
Lo reconozco. Yo soy amante del género negro, desde Hitchcock hasta Scorsese, y disfrutar en vivo y en directo con obras así, arriesgando a no solo inspirarse en otras novelas sino empezar y terminar proyectos desde cero, me merece todos los respetos y el mejor de los aplausos.
Sigo pensando que Àtic 22 nunca defrauda. Y con 9MM UN HOME ACABA DE MORIR ALLÀ FORA lo ha vuelto a demostrar.
Crítica realizada por Diana Limones