La Sala Atrium recupera una pieza que supera cualquier frontera mental a la que nos podamos enfrentar cuando nos acercamos a un espectáculo. Watching Peeping Tom es una pieza inquieta y muy generosa que trasciende continente y contenido y que sobresale en su capacidad para convencer al público a través de la persuasión (artística) manifiesta.
Abren las puertas de La Seca, espacio dedicado a las artes escénicas en el corazón del Born, y nada más entrar nos dan un trozo de pan y un paño de cocina. Sentado frente a una mesa de trabajo, se encuentra Alex Gorina (crítico de cine y presentador) hablando con su «hija», directora de teatro, sobre una conferencia teatralizada que esta última quiere llevar a cabo con él.