La Sala Atrium ha abierto sus puertas a la Cia. La Fam de la Fera con una propuesta de teatro documental vivida y escenificada en primerísima persona. P.A.U. (Paisatges Als Ulls) consigue cuestionar nuestra posición privilegiada ya no como espectadores sino también como conciudadanos. Compromiso, valentía y responsabilidad.
La Sala Atrium se corona con Infanticida. El monólogo interior de Caterina Albert se convierte en un soliloquio musicado gracias a la unión de la dramaturgia de Marc Rosich, la partitura de Clara Peya y el impresionante re-diseño hacia la electrónica de Gerard Marsal. Marc Angelet agita con entereza el cóctel ideal gracias también al ingrediente estrella: Neus Pàmies.
La Sala Atrium nos ofrece una oportunidad privilegiada para recuperar y profundizar en la que probablemente sea la pieza más desesperada de Sarah Kane. La Cia. La Salamandra provoca una intensa y muy potente sacudida con una puesta en escena de Ànsia (Crave) que comprende, penetra, discierne y transmite la delirante y frenética intertextualidad del original.
La Sala Atrium nos presenta a Ramon. Un monólogo tragicómico de Mar Monegal que toma prestados voz, cuerpo y corazón de Francesc Ferrer. Un alto en el camino de una persona que debe replantearse su identidad e implicación personal, familiar, profesional y sentimental (¿pueden separarse?). Ternura, emoción y dureza bien integradas en el recorrido dramático.
La Sala Atrium empieza fuerte esta temporada. Fly Me To The Moon nos regala una parcela de buen teatro. Y no necesitamos viajar hasta la luna para habitarla. Un afectivo texto de Marc Angelet que encuentra una puesta en escena cómplice y armónica gracias a la dirección de Sílvia Navarro y a dos interpretaciones meticulosas y completamente sugestivas.
La Sala Atrium presenta la primera propuesta del Despertalab 2019. Se trata de Excalibur i altres històries d’animals morts, una creación de Hermanos Picohueso tan delirante como reivindicativa, minuciosa, reflexiva, elaborada y francamente divertida. Un juego de mesa convertido en espectáculo teatral donde el despliegue audiovisual en directo cobra un papel esencial.
La Sala Atrium nos ofrece una oportunidad privilegiada para sumergirnos en la que probablemente sea la pieza más desesperada de Sarah Kane. La Cia. La Salamandra provoca una intensa y muy potente sacudida con una puesta en escena de Ànsia (Crave) que comprende, penetra, discierne y transmite la delirante y frenética intertextualidad del original.
La Sala Atrium ha recuperado Interiors, el segundo texto en solitario de Concha Milla. Una función que halla en su nuevo hogar un espacio todavía más íntimo y cercano. Un (re)encuentro con unos intérpretes que vuelven a sus personajes y otros que los defienden por primera vez y que, juntos, elevan esta función de talante realista y subjetivo.
La Sala Atrium ofrece una nueva terapia de choque en forma de obra teatral con ASAP (Actes de solidaritat amb el patriarcat). Marc Rosich firma la dramaturgia y la dirección de una propuesta hilvanada a partir de distintas piezas y textos breves escritos por el autor durante los últimos años y que supone un vigoroso hachazo hacia las actitudes más flagrantes del patriarcado.
La Sala Atrium apuesta fuerte con La mujer más fea del mundo. La compañía La otra bestia nos golpea con una propuesta que se convierte en un certero proyectil contra la sobrexposición embellecida de nuestro vacío existencial. Una pieza que aprieta hasta desmoronar el más mínimo resorte de ese poder dominante al que servimos y que nos tiraniza desde las entrañas.