El Teatro Real de Madrid cierra la temporada con un Verdi. Se le dan bien al Real los italianos y lo aprovecha al máximo. Nabucco era una deuda pendiente y se salda la deuda con un montaje pobre y monótono en lo escénico pero sobresaliente en las interpretaciones, con un Coro haciendo historia en el Real.
Jerusalén está asediada. Los israelíes se esconden en el Templo, manteniendo como rehén a Fenena, la heredera del rey asirio. La dejan a cargo de Ismaele, que en secreto está enamorada de ella y planea liberarla, como hizo la princesa cuando él fue prisionero de su padre.
El Gran Teatro del Liceo inaugura hoy, 7 de octubre, la temporada de ópera con un renovado NABUCCO ambientado en los años del Holocausto y el genocidio judío, con un protagonismo especial del corazón y de proyecciones videográficas.