La Sala Beckett muestra el resultado de la residencia de la compañía Arcàdia con el cierre de la trilogía sobre la familia de Llàtzer Garcia. Con Els nens desagraïts asistimos no sólo a la consolidación de un autor y unos intérpretes sino a una de las propuestas más rotundas de la actualidad escénica.
La Sala Beckett estrena Els nens desagraïts. Se trata del texto con el que Llàtzer Garcia cierra la trilogía sobre la familia, que empezó con “La terra oblidada” y “La pols”. Tras su paso por Temporada Alta 2017, la obra se puede ver en Barcelona hasta el 10 de diciembre. El trabajo es el resultado de la residencia de creación de la Cia. Arcàdia en la Sala Beckett.
La Sala Beckett ha presentado su programación para la temporada 2017-2018. En su segundo período en el Poblenou, el perímetro artístico avanza en su consolidación como espacio de creación, formación, experimentación y programación, manteniendo su apoyo a la autoría contemporánea nacional e internacional. También se ha presentado l’Alegria, su nueva propuesta.
La Seca Espai Brossa ha presentado su programación para la temporada 2017-2018. Hermann Bonnín, codirector de la sala junto a Jesús Hulve (Hausson) ha introducido esta nueva etapa del equipamiento cultural que recibe a Ferran Madico como director artístico. Hasta 25 espectáculos se podrán ver en una temporada que vuelve a los fundamentos.
La última propuesta de Llàtzer Garcia se sirve del imaginario de tres de los autores más reconocidos en el terreno de la ciencia ficción para evocar su colaboración en lo que recordamos como “La dimensió desconeguda”. La Sala Flyhard se convierte en un espacio de visita inexcusable para comprender cómo debe ser la traslación ideal del género al formato teatral.
A esa conclusión llega uno, cuando acaba de ver SOTA LA CIUTAT. Ser mediocre no es tan malo. Y también da la felicidad. Es más, quizá es más feliz el que no está en la cresta de la ola de la fama, sea en el ámbito que sea, porque no tiene que luchar arduamente para mantener esa posición, o lo que es peor, saborear la derrota y morder arena cuando cae de esa cresta.