La 68 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida llega a su fin con La tumba de Antígona. Un montaje de Karlik Danza-Teatro con el que Cristina D. Silveira, además de amplificar el mensaje del texto con su propuesta de movimiento sobre el escenario, reivindica y homenajea a María Zambrano.
Josep María Miró escribe y dirige Restos del fulgor nocturno por encargo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico para complementar con su propuesta autobiográfica y de auto-ficción el juego meta teatral de Lope de Vega en Lo fingido verdadero, su otra obra en cartel en su sede de Madrid.
Calificar el Ricardo III de Miguel del Arco y Antonio Rojano, de trallazo, se quedaría corto. El Pavón Teatro Kamikaze estrena la bomba atómica de la temporada teatral, para arrasar la platea a golpe de humor negro, sátira política, y mucha mala baba.