Shakespeare siempre es y será Shakespeare. Apostar por un montaje con los textos y las historias del dramaturgo inglés es prácticamente siempre apostar seguro. Y, en esta ocasión, al acierto de la elección de Afanys d’amor perduts, además se suma el interés de ver una versión en una época diferente (como ya hiciera para cine Branagh 18 años atrás).
Tras el éxito cosechado en la temporada 16/17 de este montaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, donde giró por casi una decena de ciudades españolas, ha aparecido de nuevo El perro del hortelano en Madrid y Bilbao y se ha instalado durante un mes en el Teatre Nacional de Catalunya para hacer las delicias del público catalán.