El 19 de julio se estrenó en el Teatro Infanta Isabel una maravillosa comedia llena de enredos e incógnitas, protagonizada por nueve fantásticos actores que interpretan durante casi dos horas una divertida historia escrita por el dramaturgo Carlo Goldoni –padre de la comedia italiana- en el año 1971.
Goldoni escribió tres piezas sobre las vacaciones de la época estival, y ahora la compañía Venezia Teatro se acerca a la primera parte con LOS DESVARIOS DEL VERANEO, donde dos familias vecinas en la ciudad de Livorno se disponen a comenzar sus vacaciones estivales en el campo, donde también son vecinos. En esta primera parte se muestran los impedimentos que hacen que ambas familias anulen o retrasen el viaje constantemente; todo cuestión de apariencias y de demostrar que se posee más de lo que realmente se tiene.
A pesar de estar escrita varios siglos atrás, el tema en cuestión –las apariencias- sigue teniendo vigencia hoy en día, donde aún se mantiene el interés por aparentar un ritmo de vida que verdaderamente se está lejos de tener. Hay cosas que nunca pasarán de moda.
Nada más entrar al teatro, mientras los asistentes nos acomodamos en las butacas, podemos ver que los nueve actores se encuentran sentados en las tablas, charlando entre ellos y observando un vídeo con escenas veraniegas que se está proyectando de forma continuada; hasta que llega la hora de dar comienzo al espectáculo, momento en el que cada uno va a la posición que le corresponde. Es una original puesta en escena en la que los personajes nunca desaparecen del escenario. Cuando acaban de decir sus frases se quedan allí sentados –entre maletas, baúles y cajas- atendiendo a las actuaciones de sus compañeros e incorporándose a la escena cuando así se requiere. Además. la sencillez de la escenografía, propia de la preparación de unas vacaciones por todo lo alto, permite al espectador introducirse rápidamente en la historia.
Hemos de tener en cuenta, que al estar los actores presentes en todo momento, la obra posee un punto de originalidad y cercanía que se traduce en mayor conexión con el público. Incluso gesticulan ante los diálogos del resto del equipo, creando situaciones realmente divertidas. Esto también ocurre cada vez que algún personaje rompe con la cuarta pared usando uno de los dos micrófonos situados a los lados del escenario para comunicarse directamente con los espectadores, además de cantar algún tema musical que va como anillo al dedo en determinados momentos del argumento.
Me gustaría destacar la interpretación de estos grandes actores, todos con un nivel muy alto, que dominan la comedia. Esther Isla realiza un gran trabajo en el que observamos lo bien que interpreta a su caprichoso, enfadado, divertido y borracho personaje femenino. Asimismo, Macarena Sanz nos fascina con su limpia interpretación de un demonio con cara de ángel, una mujer que consigue que todos hagan lo que ella quiere. Ambas hacen un magnífico trabajo que deja sin palabras. Es por eso que una de mis escenas favoritas, donde las dos mujeres se comen el escenario, es aquella en la que discuten por ver cuál tiene el mejor y más bonito marriage.
La verdad es que después de ver LOS DESVARÍOS DEL VERANEO uno sale a la calle con una sonrisa en la cara que mitiga el calor madrileño. ¡Pasen y rían!
Crítica realizada por Patricia Moreno
