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12.07.2016 Críticas  
Nada es tan malo, nada es tan importante

Era la cuarta vez que lo intentaba. Por trabajo, nunca lo conseguía; pero el pasado domingo las estrellas se alinearon. Por fin, me personaba en el teatro Condal de Barcelona para disfrutar de GUILLEM ALBÀ & LA MARABUNTA. Un espectáculo que cambia todos tus estados: físicos y emocionales.

El gran (ya para mi) payaso Guillem Albà, presentaba el pasado fin de semana, dentro del ciclo Variety del teatro Condal de Barcelona, su espectáculo GUILLEM ALBÀ & LA MARABUNTA. Con la platea del teatro casi llena, Albà nos cambio el estado de ánimo en un segundo.

La experiencia teatral y musical que este grupo de chicos presenta sobre el escenario acaba con cualquier torrente de tontería que tengas encima. Si bien es cierto que algunos acudían a verlo por primera vez con escepticismo (no la gente de la fila 5 que parecía asidua), no pasaron ni tres minutos del inicio del espectáculo y Albà ya nos tenía ganados. Pero como él decía, los adultos no sabemos vivir, no sabemos disfrutar y no sabemos compartir. Lo hemos olvidado. Y tiene toda la razón.

El mundo en que vivimos es un mundo horrible. Cada vez tendemos más a la individualización y menos a compartir con los demás. Esta es la cura que el doctor Albà nos da en su espectáculo. Hemos de vivir, disfrutar, compartir. Algo que parece que muchos tienen olvidado y que debemos aprender de nuevo.

GUILLEM ALBÀ & LA MARABUNTA es uno de los espectáculos más divertidos en los que he estado. Las locuras no paran de aparecer, el humor absurdo no para de crecer a niveles tan insospechados como cantar los ingredientes de una bolsa de patatas. Es más, a mitad del espectáculo, el mismo Albà indica: «Si alguien no se ha reído en ningún momento, ya se puede ir. Este es el nivel que llevamos. A partir de aquí, vamos a más».

Pero no solo él nos hace olvidar el mundo, La Marabunta… con mayúsculas… LA MARABUNTA, es un torrente de energía. Su música es perfecta para el espectáculo. Hace que cada vez estés menos recostado en la butaca, que tus pies se muevan, que quieras saltar… Y si, junto a ello, los podemos disfrutar como actores en el espectáculo, eso ya redondea la visión que tenemos de ellos. Incluso la cambia por completo.

Como veis, GUILLEM ALBÀ & LA MARABUNTA no solo sorprenden con su espectáculo, sino que sorprenden con lo que te hacen sentir. Con lo que ellos hacen salir de ti. Aquello que está olvidado, aquello que debemos recordar. Estamos vivos. Somos personas. Hay que disfrutar. Compartir. Nada es tan malo, nada es tan importante.

Bueno, una cosa sí que es importante. Volver a la consulta del doctor Albà para que nos devuelva la felicidad de nuevo. Tengan en cuenta que si en mis andanzas, me vuelvo a cruzar con él, no dudaré en acudir. Reiré, lloraré, bailaré, saltaré… en fin, viviré. Nada es tan importante.

Crítica realizada por Norman Marsà

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