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07.07.2016 Críticas  
Cuatrocientos años de shakespeare hechos música

El Maldà repone SHAKING SHAKESPEARE, un musical que recoge canciones de todos los tiempos relacionadas con el célebre autor inglés. El espectáculo, nominado a los Premis de la Crítica 2015 como mejor musical, ha agotado varias veces las entradas haciendo que el teatro lo vuelva a programar este mes de agosto.

La idea original del espectáculo surge del tenor Josep Fadó junto a Sheila Garcia y Moisès Maicas, directora musical y director escénico, respectivamente. En SHAKING SHAKESPEARE agitan al dramaturgo para sacar de él desde temas operísticos –entre los que se echa en falta a Gounod− hasta canciones de musicales basados en sus obras, pasando por madrigales renacentistas. Todo ello a través de un hilo conductor que es el propio Shakespeare, encarnado por el actor Bernat Cot, que, hablando medio en verso, introduce los distintos momentos musicales.

Estos son interpretados, por un lado, por el tenor lírico ya mencionado, Josep Fadó; por el trío femenino The Sing Song Sisters, compuesto por Maria Cirici, Laura Pau y Lluna Pindado; y por el cuarteto masculino The Hanfris Quartet, que son Juan Bertrand, Jordi Forcadell, Gener Salicrú y Adrià Sivilla. Les acompaña al piano Paul Perera, encargado también, junto con la directora musical y con Salicrú, de los arreglos musicales de las piezas. Todos los intérpretes destacan por su calidad vocal: la imponente voz lírica de Fadó, la grácil combinación musical e interpretativa de las actrices-cantantes y la precisa unión de voces del cuarteto.

Todos ellos, junto al narrador shakespeariano, están dirigidos con acierto por Maicas, quien logra que los intérpretes y la música llenen el espacio y sean los protagonistas absolutos del montaje. Nada más distrae la atención del espectador, ya que carecen de escenografía y se valen de cuatro elementos de atrezo para crear las distintas escenas, cuando les son necesarios. Sí destaca el vestuario, a cargo de Moon Vives, perfectamente conjuntado y elegido para cada momento, en un despliegue de moda nada despreciable.

Ser capaz de mezclar bien en un mismo montaje a Verdi con Elton John, por ejemplo, y además hacerlo de manera que el público disfrute y lo pase bien, es todo un logro. Sobre todo si se tiene en cuenta que, tal vez, parte del público no comprenda la letra de las piezas, todas ellas en versión original, aunque la mayoría conocidas por todos. SHAKING SHAKESPEARE apuesta por un espectáculo concebido como un concierto escénico de lo más variado, tanto en géneros como en estilos y en voces, con momentos corales brillantes, y con una calidad musical indiscutible por parte de todos los artistas en escena.

Crítica realizada por Esther Lázaro

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