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05.07.2016 Críticas  
Un Mihura paranormal

Un acomodado matrimonio lleva encerrado en su casa más de diez años, con la única compañía de una criada llorona y un mayordomo histriónico. La pareja no se soporta, el hastío les consume los huesos. Pero no pueden estar el uno sin el otro. Ante esta tesitura, cualquier acontecimiento que altere la rutina es recibido como un milagro.

Allá por el 1964, Miguel Mihura estrenaba su obra más conocida, la que le reportaría mas alegrías, a saber: “Ninette y un señor de Murcia”. En ese mismo año, escribió también MILAGRO EN CASA DE LOS LOPEZ, que fue eclipsada por el éxito de “Ninette”, y que poco a poco se fue quedando en el fondo de los cajones de las productoras. Hace un año Manuel Gancedo la repuso en el Teatro Galileo, donde permaneció la temporada veraniega, siendo transferida al Infanta Isabel y ahora reestrenada en el centenario Teatro Reina Victoria de la Carrera de San Jerónimo.

La obra es sencilla, no tiene mayor pretensión que divertir al público. Los protagonistas, Nuria González en el papel de Mercedes, esa acomodada señora que cree tener una conexión directa con Dios, y que ve en cualquier acontecimiento una señal divina. Nacho Guerreros es Jerónimo, en un papel opuesto al del televisivo conserje que le ha hecho tan conocido. Los primeros compases de la obra nos muestran el aburrimiento supino de la pareja, como no se pueden ni ver, pero como no pueden dar un paso sin la compañía del otro. Algunos de los razonamientos de porque no salen de casa tienen su gracia. La llegada de una señorita solicitando hospedaje en la mansión, siguiendo las recomendaciones de un taxista que aparece y desaparece, provocará el delirio de los anfitriones, desembocando en una serie de situaciones que desvelaran algunos de los secretos inconfesables de la pareja.

Los dos protagonistas consiguen captar la atención del respetable. Nuria González tiene un carisma magnético y el papel le viene como un guante para jugar con una serie de tics y comportamientos hilarantes. Nacho Guerreros, al que desconocía en su faceta teatral, sorprende gratamente. El resto de personajes rozan la paranoia, y ahí es donde la obra pierde fuelle. Los gritos, lloros y reacciones exageradas del resto, no consiguen el propósito que persiguen. Provocan una serie de situaciones que chirrían estrepitosamente, consiguiendo algún momento de comedia autentica, como la escena de las mesillas de noche, donde se intuye el espíritu de Mihura. La obra se ha situado en un contexto actual, con algunas referencias que descolocan y que a mi parecer son absolutamente prescindibles, pues no aportan, más bien desmerecen el aire de comedia.

MILAGRO EN CASA DE LOS LOPEZ es una comedia menor, con una pareja protagonista que defiende con corrección sus papeles, pero con errores de adaptación que juegan en contra de su esfuerzo. El saldo resultante queda un poco desequilibrado. Mucho dependerá de la intención y animo de cada espectador.

Crítica realizada por Moises C. Alabau

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