A diferencia de la reinterpretación moderna de “Hamlet” que comentábamos hace unos días, hoy vamos a hablar de una representación más bien clásica y fidedigna al texto original del dramaturgo inglés. La Cia. Projecte Ingenu nos trae, en La Seca Espai Brossa, la obra ROMEU I JULIETA.
A lo largo de nuestras vidas, veremos millones de representaciones de Shakespeare, cada una con su toque y detalle personal, algunas de ellas con más licencias artísticas que otras, pero todas con el objetivo de narrar y recordar los mensajes e historias que quedaron guardados en la diversa obra de Shakespeare. Si bien hay una calidad variable entre la infinidad de representaciones que hay, la que nos muestra Projecte Ingenu con su director Marc Chronet es de las más profesionales y mejor planteadas que he visto hasta el momento, centrada sobre todo en el lenguaje expresivo de los actores y en el uso complementario de las distintas disciplinas de artes escénicas (canto, acrobacia y coreografía).
Obviamente, el foco de nuestra atención cae sobre los personajes principales, Romeo y Julieta, interpretados por Carlos Cuevas y Clàudia Benito, que se presentan como personajes puros e ingenuos, consumidos por un amor joven y desesperado, y en algunos momentos como marcadamente libidinoso. Pero no por ello hay que descartar el increíble esfuerzo y nivel con el que se representan los demás personajes, en especial la cómica y pizpireta Dida (Toni Guillermat), la picaresca e inacabable palabrería de Mercutio (Rosa Serra) o la solemnidad y el odio visceral del patriarca de los Capuleto (Martí Salvat), entre otros. A pesar de la clara juventud de la mayoría de los actores, es imposible no darse cuenta que son profesionales de alto nivel, que cuidan al máximo cada uno de sus movimientos y gestos, y ninguna voz pierde su identidad en la febril tragedia de Verona.
También llama la atención la poca escenografía que, no obstante, usaron de manera muy efectiva: un par de mesas, con tablones finos de manera que pueden encajarse y desencajar a su antojo, se convierten en todo lo que pueda necesitarse en esta obra: desde la terraza donde tiene lugar el romántico diálogo a medianoche de Romeo y Julieta hasta las espadas con las que se dan muerte los diversos personajes de la obra. En los instantes de lucha, se produce un momento de agitación y ruido representado mediante una danza, con un coro de fondo, y con un juego de luces que nos hunde en el claroscuro. El director, Marc Chronet, ha diseñado una manera sencilla pero elegante de poner la tensión en los momentos en los que la tragedia se acrecienta y el carácter jovial de la primera mitad pasa al dramatismo del conflicto de las dos casas, que culmina con la muerte de los amantes, rodeada de luto solemne.
Pocas palabras negativas tengo para ROMEU I JULIETA, que tan limpiamente ha representado la compañía y que han mantenido fiel al texto y concepto de la obra original. En resumen, se podría decir que esta es una de esas representaciones que se deben disfrutar, al menos una vez en la vida, para poder comprender el genio de Shakespeare.
Crítica realizada por Rubén Recio
