CIARA (pronunciado Quiara) es una galerista de arte de un pequeño pueblo escocés. Pero CIARA es también la hija de un gangster de los de toda la vida. Y una mujer que no puede escapar de su niñez.
CIARA es un monólogo de sus recuerdos que nos cuenta al público la propia protagonista de esta historia. Dentro de esos recuerdos, CIARA nos habla de momentos felices de su infancia, pero también nos habla de sus momentos más duros y difíciles por ser hija de quien es y por haber tenido que vivir en el mundo que ha vivido. Al final, como casi siempre suele pasar, CIARA no puede huir de su pasado y se rinde ante la realidad, mientras se eleva como una giganta, igual que la del cuadro preferido de su galería de arte.
CIARA, escrita por David Harrower, se estrenó el año pasado en el Fringe Festival de Edimburgo. Posteriormente, el mismo Harrower adaptó la obra al imaginario catalán y con Àngels Bassas en mente, quien encarna esta CIARA de forma excepcional.
Arranca su monólogo presentándonos su ‘vacía’ galería de arte (los dos únicos cuadros que hay en el escenario son un lienzo blanco y otro negro) pero describiendo a la perfección lo que contienen, solamente para que el espectador invente imagen y color. El cuadro blanco, el que está en el centro del escenario, el que ella admira y prácticamente idolatra, es el cuadro de La Giganta.
A medida que pasan los minutos, descubrimos detrás de esa fachada de aparente despreocupación y relativa alegría, a una persona torturada por su vida, su matrimonio, su familia, sus amigos y sus enemigos, pero que finalmente se erige como esa Giganta que nos acompañará toda la obra (maravilloso juego de iluminación final, donde se crea esa sensación de inmensidad).
Àngels Bassas es una actriz a la que se le dan de maravilla los papeles intensos y con cargas emocionales altas. Y aquí, lo ha vuelto a demostrar una vez más. Toda una vida condensada en algo más de hora y media y que pasa como si fueran minutos. Con Àngels reimos, lloramos, nos emocionamos, mientras vivimos en suspense los relatos de su vida que nos cuenta mientras se refugia en su vaso de whisky una y otra vez, su único acompañante de escena.
Un guión completo y redondo, con principio y final y todos los cabos atados. Hitchcock podría haber hecho una película de y con CIARA. Y sé que a los fans del director, nos habría entusiasmado.
Pero de momento puedo decir que poder contemplar a esta giganta de carne y hueso y en persona en L’Eixample Teatre, me satisface tanto o más, si cabe, y que nadie arriesga si escoge disfrutar de este thriller de Harrower aún en cartel. Es una apuesta segura.
Crítica realizada por Diana Limones
