El pasado viernes descubrimos todo lo que hay detrás de las teleoperadoras, de la mano de la compañia teatral La Guapa que con su obra CALL CENTER en el Teatre del Raval, nos hizo impacientarnos y empatizar con el colectivo de los comerciales.
¿Quién no ha tenido que llamar a un número 902 pagando dos euros el minuto? ¿Quién no ha pagado 2 euros el minuto por escuchar el “para Elisa” de Beethoven en versión politono? ¿Quién no ha recibido una llamada con una voz muy amable, generalmente con acento latino, proponiéndole un cambio de tarifa, un móvil y una tablet? ¿Quién no ha llamado para quejarse de que le han cobrado de más en la última factura? ¿Quién no ha llamado para decir que se va de la compañía si no le bajan la tarifa o le regalan un Iphone?
El sistema ha permitido que en este país las compañías telefónicas se hayan convertido en grandes estafadores económicos contemporáneos. ¿Pero quién está detrás de estas líneas telefónicas?
Por supuesto, quienes te llaman para cambiarte de tarifa no son los principales responsables de esta estafa, son personas como otras cualquiera, con sus problemas personales, sometidos a la presión de hacer bien su trabajo para no perder su puesto de trabajo.
El espectáculo CALL CENTER, obra escrita y dirigida por Marc Angelet, nos da la visión de lo que sucede al otro lado del teléfono. Un grupo de trabajadores de una compañía de televisión por cable se encarga de atender a través de una línea telefónica a los usuarios que quieren dar de baja las contrataciones que en un principio eran gratuitas y ahora son de pago. El objetivo que se les pone a estos trabajadores es que consigan convencer a estos clientes para que no se den de baja pero se encuentran con que la misión es prácticamente imposible.
El montaje transcurre ante una mesa de trabajo, en la que nos esperamos que surjan un montón de anécdotas entre los clientes y los teleoperadores, pero la trama va más allá y las discusiones se producen dentro del equipo de trabajadores. El conflicto encara a unos con otros junto al coordinador, quien no deja de presionarlos.
La obra transcurre a un ritmo frenético con algunos momentos duros y otros divertidos. Un thriller cargado de humor negro muy divertido con una muy buena actuación por parte de los seis actores que cambian constantemente de personaje.
Crítica realizada por Milena Vázquez
