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30.04.2016 Críticas  
Como ha cambiado el cuento…

Hace una semana visitaba Microteatro Barcelona para disfrutar del micromusical, CUENTO ATRÁS. Me habían hablado muy bien de él, por lo que tenía todas las de ganar. Buscaba algo divertido, algo loco, algo que en la sesión nocturna del teatro me hiciera despertar.

CUENTO ATRÁS se convertía esa noche en un espectáculo mágico. En un ambiente de exclusividad, entraba a la sala de microteatro sin saber lo mucho que me iba a divertir.

El texto y música de David Ordinas se convertía en una sorpresa muy agradable al hacerme reír desde el momento en que las luces se apagaron y las primeras notas sonában, hasta que estas mismas luces se volvieron a encender.

Bien cierto es que todo lo que sabemos de «La Bella y la Bestia» procede del cuenta mágico de Disney. Un pueblo amable, un fornido cazador que quiere enamorar a una joven y enamoradiza lectora, un padre protector y un castillo encantado con una bestia que aterroriza a quien se acerque a menos de 5 metros de la valla de su castillo. Tras un «secuestro pactado», Bella, la modosita joven, consigue romper la maldición de la Bestia y todos viven felices y comen perdices. Hasta aquí, todo esto ya nos lo sabíamos. Pero tras cinco años, el cuento ha cambiado… y mucho.

Bella ya no es modosita, ahora quiere acción. Y es que en el castillo se aburre tanto que no para de comer tigretones. La Bestia, ya no es lo que era. Ahora, es un joven desgastado y apaciguado. Solo vive para Bella y quiere su comodidad, pero no quiere que ella está inflándose cada día a pastelitos; por ello, intenta encontrarle un «hobby» para que se divierta. Pero ella, como dice una de sus canciones, se aburre; hasta la saciedad (nunca mejor dicho).

Ambos sufren por el otro, y en las canciones se nota. Aunque el que más sufre es la Bestia, porque Bella no es lo que era. Su grácil y dulce Bella quiere acción y él no puede dársela. Su princesa Disney ya no es tan Disney. Necesita una persecución, acción, intriga (el dolor de barriga seguro que lo tiene cada día con tanto Tigretón), unos grandes y fuertes brazos que la cojan y… bueno, no voy a explicar más.

David Ordinas ha hecho un gran trabajo en este micromusical. Era difícil erradicar la historia que conocíamos, pero la verdad, que en ningún momento la echamos de menos.

Por su parte Yashmin Zamani, como directora, ha hecho que el musical pueda funcionar a la perfección con unos personajes que, quieras o no, recuerdas pero que no reconoces en absoluto en cuánto el micromusical comienza. Por último, Agustín González y Sonia Benages, bordan los papeles, acercando al público unos personajes que pueden reconocer como suyos. Son creíbles, divertidos y alocados; pero con un punto de simpleza que hace que te los creas y los extrapoles a momentos de tu vida quotidiana.

CUENTO ATRÁS es un micromusical que, si aun no lo habéis visto, tenéis ver (acaba el 1 de mayo). En 15 minutos, vais a conocer, de una forma divertida, lo que la monotonía hace a las parejas y, seguro que más de uno/a, a parte de reír sin parar, empezará a pensar que aventura puede vivir mañana. Nadie quiere acabar como estos dos.

Por cierto, tengo un poco de hambre… me voy a buscar un par de bollos para merendar.

Crítica realizada por Norman Marsà

No te pierdas aquí la entrevista que Norman hizo al elenco del micromusical.

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