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20.04.2016 Críticas  
Daniel Anglès hace suya a Rocío Jurado

Comienza el concierto. Un guitarrista y un percusionista que toca también flauta y armónica. Un cantante, que comienza a desgranar “Señora”, de Rocío Jurado. Excepto que algo parece faltar al principio, precisamente la palabra que da título a la canción.

Es una licencia pasajera, un juego que sienta las tres bases de lo que es este espectáculo, PUNTO DE ROCÍO. A saber: versiones íntimas y personales de “la más grande”, un montón de temas acerca de relaciones rotas y que menos es más.

El cantante es Daniel Anglès, y él es el primero que reconoce que no es habitual que alguien tan vinculado al teatro musical salga con un proyecto como este disco, que ha desarrollado junto a Marc Sambola a partir de la más esencial necesidad personal de grabar esas canciones y hacerlas suyas. ¡Y vaya si lo han conseguido! Pero también avanza, al empezar la noche, que en el fondo no es tan extraño: porque las canciones de la Jurado (las canciones que le escribían a la Jurado) tenían mucho argumento, explicaban historias. No hay, realmente, tanta distancia entre “Como yo te amo”, “Lo siento, mi amor” o “Como una ola” y musicales como Marry me a little o The Last 5 Years.

Anglès y Sambola han explorado esas historias y les han dado una visión particular, respetando el núcleo y la esencia, imaginando contextos y recombinando ritmos e intensidades para que en escena estén, al 50%, Daniel Anglès y Rocío Jurado. Hay pasión, hay emoción, hay contención, hay matices y hay una relación íntima entre las letras, la música y la interpretación de unos temas que cobran nueva vida en la voz del artista catalán. En los arreglos y la guitarra de Sambola y en el trabajo con los vientos y la percusión de Oriol Mula se encuentra otra de las bazas para convertir la “fuerza desmedida” de la Jurado en algo más personal pero igual de potente.

Tenemos que hablar también del entorno, que es excepcional. Este concierto de PUNTO DE ROCIO, como el del día 5 y el del próximo 26 de abril, cierra la segunda edición del ciclo ESPECTAPES del restaurante El Principal de l’Eixample de Barcelona. Los espectadores llegan al elegante local, lo atraviesan hasta su paradisíaco patio interior para tomar una copa de cava o una cerveza, y entran luego en la Biblioteca del Principal para disfrutar de tres tapas y el concierto: en esta ocasión, unos profiteroles con foie, unas croquetas y unas bravas de la casa. El que no salía de la sesión pensando en familiares y amigos a los que recomendarles que no se pierdan el concierto del día 25, tomaba buena nota de este restaurante para volver en otra ocasión, así que misión plenamente cumplida, ESPECTAPES.

PUNTO DE ROCÍO puede haber sido una sorpresa dentro de la carrera de Daniel Anglès, pero se ha convertido en una sorpresa muy agradable. Además de escucharla en la más orquestada versión del disco en el que nace tenemos ahora también la ocasión de hacerlo en el formato “a tres” que presentan estos conciertos (trío muy apropiado, dado el argumento de varias de las canciones). No sólo los temas, sino las introducciones y las notas que va aportando el carismático Anglès hacen disfrutar de cada minuto. Ha sabido encontrar el punto perfecto, y ahora ya es, también, el más grande.

Crítica realizada por Marcos Muñoz

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