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28.03.2016 Críticas  
Ambición y poder en EL RECANVI

Roger Peña vuelve para traernos un juego de dominación. EL RECANVI nos habla del terrible poder que ejercen las palabras en la mente de la sociedad, de cómo una verdad repetida varias veces acaba convirtiéndose en una verdad, y de cómo los propios sueños y ambiciones que nosotros creamos acaban siendo aquello que nos pierde y nos devora.

La obra hace referencia a la situación política que vivimos hoy en día en España. Una historia de altas esferas, de hilos en la sombra y de la más pura perversión humana. El personaje protagonista, un pelele que no tiene nada que ofrecer ni perder, atiende a una entrevista en un gran rascacielos para un trabajo que ni él sabe en qué consiste. La entrevistadora, una mujer que irradia poder y que dice representar a “un grupo de clientes”, remarca varias veces la mediocridad del aspirante, pero no como una desventaja sino como una virtud. El motivo: ella quiere que él se convierta en el líder de un nuevo partido que consiga el apoyo total del pueblo pero que a su vez garantice la estabilidad del sistema (y de los intereses del grupo al que ella representa). Al ser él alguien totalmente inocuo, nadie podrá indagar en su pasado para utilizarlo en su contra.

Tal y como se puede sospechar, el protagonista efectivamente acaba convirtiéndose en este líder carismático que ella buscaba, pero con el poder también le llega la astucia y el cálculo frío y meticuloso que le corresponde a un buen jugador del juego de la política. Él es su obra maestra, el líder definitivo, y acaba deshaciéndose de ella cuando ya no le es de utilidad. Un dibujo de esta bildungsroman pervertida que retrata las maquinaciones de los llamados “poderes ocultos” para hacer y deshacer a su antojo.

Si bien el director Mario Gas quiere hacer especial hincapié en el juego de la dominación en EL RECANVI, cabe decir que en algunos momentos la interpretación se hace un poco estridente y rígida, con una falta de fluidez durante la primera parte de la obra. Es comprensible que se pueda notar algo forzado ya que se tratan de personajes muy exagerados dentro de un escenario real como es la política. Pero lo cierto es que la escena de la entrevista se acaba notando como más larga de lo que debería ser. También fueron algo peculiares las transiciones entre escenas: los actores representaban una pieza de baile difícil de comprender, que costaba de encajar dentro de la obra.

No obstante, una vez se inicia el proceso de formación para que el aspirante se convierta en el nuevo líder, el actor Iván Morales retrata de manera sublime la espiral de crecimiento (y de deshumanización) que experimenta el personaje. Uno ve con fascinación y con cierta expectativa el auge con el que se ve arropado el personaje, y como éste se convierte al final en el lobo político que todos deseaban que fuera, aún a costa de perder todo carácter mundano que conservaba. A pesar del mensaje algo siniestro que nos manda esta obra, uno termina satisfecho con la actuación de los actores y como Gas consigue mover la batuta dentro de la obra de Peña. EL RENCANVI es, sin duda alguna, una sátira política muy recomendable de ver.

Crítica realizada por Rubén Recio

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