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16.02.2016 Críticas  
En el Limbo de los géneros

«Bertalbert». Así reza uno de los temas intrepretados por Mariona Castillo en LIMBO, la historia del tránsito de género de quien nació como Berta, pero que se siente Albert.

Berta hace tiempo que se siente hombre y ha decidido dar el paso de cambiar de sexo. Pero es una situación complicada. Se tiene que enfrentar a los estigmas sociales y a sus propios estigmas y sentimientos naturales, porque Albert ha nacido Berta.

LIMBO trata esta situación desde la perspectiva de Albert y de Berta, de una forma original (Berta aparece representado por Mariona como una voz interior y encerrada en un televisor). Y además, también lo expresan las canciones de Clara Peya, compositora y pianista de la obra así como la danza interpretada por Ariadna Peya y Tatiana Monells.

Así que tenemos un todo en uno (danza-música-teatro) para expresar un tema difícil y complicado como es el del transgénero.

LIMBO es una obra que para tocar un tema tan profundo, quizá tiene un aroma un tanto adolescente en su dramaturgia. Y sin embargo, es curioso, porque la composición musical es de gran profundidad y quizá esa es la profundidad que le falta a la parte teatral. Por otro lado, es muy interesante ver como se representan los dos ‘yos’ interiores de la protagonista y la lucha interna de cada uno por apoderarse de la persona física y real.

Mariona Castillo está dedicada al teatro musical desde hace tiempo, pero entiendo que ha tenido que ser un reto para ella representar este papel, donde tiene que demostrar los sentimientos de sentirse mujer y hombre a la vez. Creo que el reto lo ha pasado, porque hay momentos en la obra de que te olvidas estar viendo a Mariona para ver a alguien con sus complejos, sus deseos, sus discusiones internas y sus determinaciones.

Esta es una obra sencilla (no precisa ni de mucho atrezzo, ni vestuario, ni un gran escenario). Un piano, los pensamientos de Berta/Albert y un espacio para la danza de Ariadna y Tatiana son suficientes para demostrarnos todo el mundo interior de alguien que tiene una lucha porque no nació en el género en el que siente.

Una apuesta diferente de la compañía Les Impuxibles que tiene en su cartel el Teatre Gaudí, para aquellos que gusten de ver el otro lado de las cosas.

Crítica realizada por Diana Limones

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