Todos sabemos que para los aficionados al teatro la época invernal es la mejor. Los teatros se llenan de montajes y de grandes obras. El caso de XARNEGOS, un modesto montaje desde el punto de vista de la producción pero que esconde una historia cargada de verdad, no debería pasar desapercibido entre tanta oferta.
Con XARNEGOS he tenido la oportunidad de participar en la obra y ya de paso en una terapia de psicodrama. Para los que como a mi, psicodrama no os suene familiar, es una forma de terapia psicológica de grupo en la que los pacientes, en lugar de narrar con palabras lo que les pasa, lo escenifican con la colaboración de sus compañeros de terapia y aprovecha en cierto modo la fuerza de la escenificación para aflorar los sentimientos más profundos.
En escena un grupo de pacientes visita a Ricardo, un psicoterapeuta con nulas capacidades para escuchar y mucho menos para ayudar. Antonia, una señora mayor, se presenta por error pensando que es un gimnasio y en cuanto ve el panorama decide quedarse para enterarse de las historias de los demás. Txell es una chica harta de la superioridad con la que la trata su hermana. Manolo es un jubilado al que le acompaña su hija Marisa, la cual está convencida de que su padre se está volviendo loco porque se siente muy catalán a pesar de haber nacido en Extremadura.
Con el público a un lado y al otro del escenario, y con algunos como yo sentados en el mismo escenario, el teatro se transforma en una consulta en la que todos nos sentimos incluídos.
XARNEGOS es una lección para llegar a entender cómo se construye una identidad personal cuando eres hijo de inmigrantes. Empieza pareciendo una comedia sobre la identidad catalana y sobre los tópicos que nos sumerge en algo mucho más importante que son las relaciones entre nacionalismos y la empatía.
Marc González (Autor y director) dota a la obra de un texto sincero, honesto y apolítico. Una obra que huye de etiquetas políticas y que se centra en el lado más humano de las vidas de los inmigrantes. Un texto cargado de humor y paradojas que nos hará mirar atrás en el tiempo y mirarnos al espejo.
XARNEGOS nos hizo reír con situaciones muy absurdas, pero va más allá de la risa porque consigue tratar un tema cargado de connotaciones de un modo muy divertido y auténtico. Una obra que hizo caer alguna lágrima de emoción y que nos puso en el punto en el que la sociedad necesita estar para entender a la inmigración.
Crítica realizada por Milena Vázquez
