novedades
 SEARCH   
 
 

23.11.2015 Críticas  
La felicidad también es de los perdedores

En una sociedad que nos impone que la felicidad se mide en el éxito, en que antes de los cuarenta hemos de tener la vida perfecta, la pareja perfecta y el teléfono perfecto, es fácil sentirse un perdedor (loser en inglés). Esta tierna función nos alivia de esas absurdas imposiciones y nos deja la sonrisa pintada en el rostro.

Llega a Madrid habiendo cosechado éxito en Barcelona este entrañable texto escrito por Marta Buchaca, que poco a poco se está convirtiendo en una autora a seguir. La versión que se presenta ahora está dirigida por Guillem Clua, un experto ya en tratar este tipo de comedias románticas. Los dos protagonistas, María Pujalte y Vicente Romero desprenden una química adorable que conquista minuto a minuto al espectador.

María Pujalte interpreta a Sandra, una mujer cerca de los cuarenta, soltera, harta de los hombres, con una familia que intuimos muy peculiar y surrealista que acude a dar de baja la línea móvil de su madre fallecida cinco años atrás. En ese establecimiento de telefonía se halla Manuel (Vicente Romero), un loser en toda regla, trabajo precario, viviendo con su madre y evidentemente sin pareja. Surge un flechazo, y aunque Manuel utiliza trampas para conquistar a Sandra, la química entre ellos es inevitable, el problema es que ninguno de los dos, por el hecho de creerse unos perdedores cree que esa relación pueda llegar a buen puerto.

Pues bien, la función nos quiere convencer de que sí, de que sí que se puede tener éxito a pesar de que la sociedad nos indique lo contrario, que lo que cuenta son los sentimientos y que el amor debe estar por encima de tópicos y apariencias.

Poco a poco vemos las vivencias de esta incipiente pareja, como vencen sus miedos, como van queriéndose cada vez más, presenciamos alguna que otra crisis, y por supuesto vemos lo complicado que es dar de baja una línea de móvil. La obra está salpicada de un humor fino y agradable, de ese humor que va dibujándote la sonrisa y cuando te quieres dar cuenta esa sonrisa te ha invadido el cuerpo entero.

Excelente trabajo actoral, buena comedia y un planazo disfrutar de una muy buena función que nos debería ayudar a poner muchos prejuicios en el olvido y convencernos de que todos podemos y debemos ser felices.

Crítica realizada por Moises C. Alabau

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES