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06.10.2015 Críticas  
Una obra descamisada

Nelson Valente ha vuelto a Barcelona con su compañía Banfield Teatro Ensamble para darnos la oportunidad de reir y llorar con su obra a todos aquellos que el año pasado no pudimos acudir.

​ El pasado viernes 2 de octubre iba con una expectativa muy alta a disfrutar de una tragicomedia en el Teatro Almería, con la butaca asignada de pronto me vi sentada en medio de lo que sería el escenario.

A apenas unos centímetros de donde se desarrollaría la obra, nos encontrábamos los espectadores ante un austero decorado con tan solo dos sillones, un sofá, una mesa y tres sillas. Una escenografía más que suficiente para sugerir un ambiente doméstico de una familia argentina de clase media-baja.

Los padres rondan los 60 años de edad, él autoritario y machista, ella una servicial ama de casa; la hija treintañera que ese mismo día traerá a su novio, un abogado de San Fernando y que la hará avergonzarse de todo lo que su familia hace. El cuarto personaje es Beto (Gabriel Beck), el responsable de darle a esta comedia el toque más trágico. Beto sufre algún problema de salud mental y al igual que un niño dice todo lo que se le pasa por la cabeza, no sabe disimular y saca las verdades más crudas de la familia.

Nelson Valente arriesga con el naturalismo en el ámbito teatral y lleva esta obra a su expresión más austera y depurada. De este modo es como nace la densa historia que a partir de situaciones corrientes y banales va dejando ápices de sexismo, adulterio, clasismo, exclusión y discriminación social.

Esta es sin duda una función pulida al máximo en la que los integrantes del elenco se lucen con una interpretación excepcional de los personajes, transmitiendo de un modo muy natural la transparencia y sinceridad en sus interpretaciones. Una obra para reir, llorar y reflexionar que estuvo a la altura de mis expectativas.

Crítica realizada por Milena Vazquez

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