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28.04.2015 Críticas  
Confesiones y carcajadas entre amigas

CONFESSIONS DE DONES DE 30 vuelve a la Sala Rubianes del Club Capitol de Barcelona con un elenco nuevo: permanece Meritxell Huertas, pero Mónica Pérez y Yolanda Ramos dan el relevo a Ota Vallés y Anabel Totusaus. En sus manos sigue el divertido texto de Domingos Oliveira, dirigido por Edu Pericas y adaptado junto a él por las tres actrices originales.

La noche comienza con una introducción a tres bandas, que recuerda un poco las dinámicas de la compañía T de Teatre. Luego, aguardando su turno dos de las actrices, van saliendo en solitario para articular monólogos sobre las mujeres de 30 (y pico), su relación con los hombres, con las otras mujeres y con ellas mismas. Pero cuando el público ya se está acomodando ante el formato, de repente ocurre algo que hace que la estructura se tambalee. Literalmente..

Es en ese momento cuando el espectáculo gira unos cuantos grados hacia el costumbrismo surrealista de La Cubana y se convierte en una conversación constante entre las tres. La normalidad con la que las actrices se pasean ante nosotros, riéndose de sus defectos y sus complejos, escenificando momentos íntimos pero habituales para cualquiera, le da una frescura que atrapa.

CONFESSIONS DE DONES DE 30 es una comedia muy divertida, muy cercana, con la que todos, hombres y mujeres, podemos identificarnos. Como quien no quiere la cosa va lanzando opiniones sobre la dependencia emocional, las relaciones tóxicas, las aristas de la amistad, las pequeñas miserias cotidianas de hacernos mayores sin haber alcanzado lo que esperábamos… Con sinceridad y sin tapujos, pero sin perder la sonrisa, sin perder la camaradería, y sin vergüenza alguna.

Si estas CONFESSIONS funcionan tan bien, es sobre todo por el dibujo tan inteligente, realista y complementario que hacen de sus personajes las tres protagonistas, que se supone que se representan a sí mismas. Destaca Meritxell Huertas por su soltura y porque su personaje es quizás el más accesible al principio, pero también ella irá desgranando sus “rarezas”. Ota Vallés interpreta a una mujer más seria, la “madre” de todos, más sofisticada y con claras ideas de lo que sus amigas deben hacer. La mujer de Anabel Totusaus, por su parte, es desinhibida, lanzada, inocentemente escatológica; por decirlo en pocas palabras, más bruta que un arado. Todas nos irán revelando sus ternuras y sus vulnerabilidades, sin dramas.

Con un dinamismo escénico adecuado, y un sentido del humor que va de la dulzura a la histeria, de lo conscientemente ridículo a lo irónico, pero siempre muy cercano, CONFESSIONS DE DONES DE 30 es una recomendación segura para pasarlo bien. Nos reiremos de nosotros mismos, confesándonos a la vez que estas mujeres de 30 (y pico), y evidenciando que, como decían en “Con faldas y a lo loco”, nadie es perfecto. Y que dure.

Crítica realizada por Marcos Muñoz

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