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07.06.2023 Críticas  
Si el mundo se acabara, ¿qué harías?

La Sala Beckett de Barcelona se llena de Eufòria y desesperación en una obra llena de altos y bajos emocionales. Si el mundo se acabara, ¿qué harías?. ¿Qué metas habrías conseguido? Estas preguntas son el punto de partida de una obra que nos introduce en la crisis existencial de seis jóvenes que reciben la noticia del fin del mundo justo en “su momento”.

La noticia del fin del mundo lo cambia todo. Las dinámicas sociales y los estados de ánimo. Y cada quien lo vive a su manera, a su forma, con los mecanismos de defensa que encuentra para sobrevivir a tremenda noticia. Si además, quien recibe la noticia del fin del mundo es alguien a quien han vendido que todo es posible, que todo se puede conseguir, la caída es desde lo más alto. Esto es lo que les sucede a los personajes de Eufòria, interpretados de forma pulcra y ágil por Ramon Bonvehí, Marta Codina, Laura Pau, Bárbara Roig, Marc Tarrida y la propia autora del texto, Lara Díez Quintanilla, que en la función que presencié sustituía a Mireia Illamola.

Es un gozo ver actores dejándose la piel en el escenario. Se nota, además, que ya es la segunda temporada que Eufòria pisa La Beckett, (ya lo hizo en la temporada 21-22, en el ciclo “Planeta Persona. Los límites de la crisis climática”) puesto que la mayoría de actores y actrices repiten interpretación y tienen el personaje bien integrado, pudiendo actuar con total naturalidad, prácticamente como si estuvieran simplemente “siendo ellos” (¡esa es la magia de la interpretación!).

Hace tiempo que Lara Díez Quintanilla viene, sin duda, pisando fuerte. Con su larga trayectoria en la dramaturgia y la interpretación, es capaz también de dirigir –con el apoyo de Francesca Vadell– con un resultado que pone la piel de punta. Eufòria es una obra crítica que a través del entretenimiento, pone encima de la mesa temas tan complejos como el éxito, la idea “naif” de que todo es posible, el fracaso como sociedad, el fin de todo y el cambio climático.

En esta obra nada sobra y nada falta. Por ello es imprescindible destacar el trabajo de iluminación realizado por Cube.bz. Las luces acompañan en todo momento los estados de ánimo de los jóvenes protagonistas y llevan al público a un estado voluble en el que no sabe si está en éxtasis, en trance o en decaída.

Por otro lado, el vestuario, a manos de Laura Garcia Martos, ayuda al cambio de escenas, facilitando la transición de personajes de los mismos actores que realizan varios roles. Estos roles no solamente son interpretados a través del guión escrito, sino también a través del juego con las cámaras retransmitiendo en directo (Erol Ileri es el maestro encargado de la Música, el espacio sonoro y el vídeo) y del movimiento corporal (propuesto por Marta Tomasa); que dan a este montaje la innovación necesaria para que destaque todavía más y se posicione también como espectáculo innovador e incluso performance.

En definitiva, Eufòria es una obra muy necesaria en estos días de crisis y revolución, que ojalá el público tenga la oportunidad de seguir viendo en otras ocasiones, tal vez incluso en otros territorios si Lara Díez se anima a hacer una gira y expandir su mirada sobre el mundo.

Crítica realizada por Maria Sanmartí

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