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19.05.2023 Críticas  
Las huellas de la memoria

El Teatro Infanta Isabel de Madrid acoge sobre su escenario la representación de Aquellas migas de pan, la historia de una escritora recién diagnosticada de una demencia temprana protagonizada por Mónica Bardem y Carmen Ibeas. La obra supone la primera dirección de la actriz Inma Cuevas que asegura que el libreto fue todo un descubrimiento para ella.

Una solitaria escritora, recién diagnosticada de una demencia, recurre a una joven y caótica cuidadora para terminar de escribir sus memorias antes de perder por completo sus recuerdos y que sea demasiado tarde. Entre ellas, se creará un vínculo indestructible que las convertirá en dos mujeres conectadas a través de un espacio de escucha donde compartir experiencias vitales, percepciones y sentimientos. Todas las personas necesitamos un entorno afectivo que nos proporcione cariño y acompañamiento, especialmente en los momentos difíciles, desde la dignidad y el respeto. Tal vez parezca obvio pero Aquellas migas de pan nos invita a reflexionar sobre ello utilizando el lenguaje teatral como medio y pretexto, invitando a los espectadores y espectadoras a meditar sobre un tema del que rara vez se habla. En el trato de esta dolencia huyen de clichés para trasladar al patio de butacas una emocionante visión sobre la vida que nos atraviesa con fuerza durante los 90 minutos que tiene de duración.

Las capas de realidad se van contraatacando y los dos personajes protagonistas se desdoblan y confunden para introducirnos en la mente despedazada de la persona enferma. El significado de la decoración se transforma en pequeñas escenas de apenas unos minutos de duración, que se van sucediendo de manera abrupta por la imposición repentina de la música. Unas pequeñas cápsulas que, sin ninguna duda, dotan de un ritmo bastante efectista a esta propuesta en la que ambas actrices van escindiéndose en varios personajes; una red de escenas cuyo transcurso está marcado por una música potente algo descompasada en determinados momentos, lo que lleva a no escuchar el final de alguna frase pronunciada por Mónica Bardem o Carmen Ibeas.

Destacadas interpretaciones de ambas actrices, con cambios frecuentes de estados de ánimo y con una tensión potente en sus actitudes corporales y gestos. Las dos brindan al público un recital interpretativo en el que merece la pena resaltar una química que aumenta a medida que transcurre la trama. Componente fundamental a subrayar puesto que la conexión que tiene lugar entre los dos personajes es una de las claves de Aquellas migas de pan.

Javier Ruiz de Alegría, responsable del espacio escénico y de la iluminación, ha hecho un trabajo maravilloso. Con pocos elementos escenográficos, pero con un destacable dominio de cada rincón del escenario, nos traslada de un lugar a otro y de un tiempo más reciente a un tiempo pasado.

En definitiva, Inma Cuevas ha hecho un alabado trabajo dirigiendo el texto de Jennifer Haley y plasmando sobre las tablas del Teatro Infanta Isabel esa mezcla casi perfecta de emociones de la que se compone la historia, y que supone una de las obras más emotivas de la cartelera actual. Una remarcada excelencia que va atrapando poco a poco, como un viento que llega hasta los huesos y que te deja completamente exhausto.

Crítica realizada por Patricia Moreno

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