Madrid sube a los escenarios DIEZ NEGRITOS. El espectáculo es la enésima puesta en escena de un clásico del suspense con algún que otro buen momento y apto solo para los que no conozcan el desenlace.
Agatha Christie, la maestra del suspense dejó en su legado varias novelas que han sido llevadas al teatro o a la gran pantalla. DIEZ NEGRITOS que se considera de las mejores de su carrera ha sido adaptada al teatro en infinidad de ocasiones con mayor o menor fortuna.
En la misma, diez personajes desconocidos entre si se dan cita en una lujosa mansión en una isla inglesa, los anfitriones no se presentan y súbitamente se suceden una serie de asesinatos siguiendo el patrón de una conocida canción de cuna.
La adaptación que se realiza desde hace unos días en el Teatro Muñoz Seca de Madrid, no pasará a la historia como la mejor puesta en escena de la novela.
El problema de las obras corales – esta tiene 10 personajes – es no alargarse demasiado en la introducción de cada uno de ellos, algo de lo que adolece este montaje que se extiende en demasía en un primer acto donde se nos dan detalles sobre los diferentes personajes cuando lo que esperamos es que empiecen los misteriosos asesinatos, cosa que no ocurre hasta el segundo acto y de manera precipitada.
Las interpretaciones son correctas, a destacar el papel que interpreta Antonio Albella como doctor en enfermedades nerviosas incapaz de curarse a sí mismo y provocando en sus diálogos los momentos más entretenidos del montaje.
La acción discurre en un decorado único cosa que hace que algunos de los asesinatos están resueltos con mayor o menor acierto.
En definitiva, DIEZ NEGRITOS es una obra de teatro familiar para entretener e intentar averiguar quién de los diez personajes es el brazo ejecutor. Recuerden que “Cualquiera puede ser el asesino”.
Crítica realizada por @mcalabau
