novedades
 SEARCH   
 
 

05.05.2023 Críticas  
Common people

Algunos días es un texto escrito en el marco del programa de Residencias Dramáticas del Centro Dramático Nacional de Madrid durante la temporada 2020-2021, de Cristina Rojas, sobre esos eventos extraordinarios o super ordinarios que cambian tu vida o nunca dejas de olvidar.

Alfredo llama a Ella (Cristina Rojas) para decirle que ha sido seleccionada para escribir y dirigir una pieza para el CDN. Él (Homero Rodríguez) se ofrece a ayudarle en todo lo posible, en esa escalada al Everest que es montar el texto, con la mochila cargada de la vida (les hijes, la compra, etcétera). La vida puede con Ella, quien pide ayuda a la Premio Nacional (Ana Barcia) para que le asesore con el texto y sin saber muy bien cómo, Ella termina chantajeada y con una negra con premio nacional. Una monja (Raquel Mirón), un novio (Manuel Egozkue), Ella de joven (María Mota), y su padre muerto (Pablo Chaves) van desfilando por las escenas de Algunos días que ella querrá que se representen en el CDN.

Esta coproducción entre el Centro Dramático Nacional y Tenemos gato, a quien apoyaba totalmente con aquella candidatura a los Max por Felicidad, es metateatro, autoficción y la obra más egocéntrica de su autora; según ella menciona en el montaje. La idea es tan divertida como ramplona, y precisamente los destellos de autoconciencia y el mundo de fantasía o realidad aumentada que se va sucediendo en escena son lo que salva a Algunos días de caer en el olvido.

Ana Barcia como esa Premio Nacional Crispina Modales, o quizás deberíamos bautizar aquí Festina Miralles, en todas sus intervenciones, ya sea de laterío en un parque, recitando sus palabras desde el mas allá o con su comeback desde las profundidades del Karma, son el aire fresco y lo extraordinario de este montaje, como la resurrección del padre, un Pablo Chaves a quien no quieres quitar el ojo de encima en los 15 minutos que aparece en escena. Es curioso que el montaje funcione tan bien en el plano puramente ficcionado y nada en lo auto.

Los cuadros de la cotidianeidad casera son planos y sin ritmo, y precisamente hasta la buscada naturalidad en la interpretación y los acentos queda artificiosa y anestesiada. La Cristina Rojas que juega con los sobrenatural y el mundo de los sueños es cuando el montaje despega y unas alas de dragón y la ilusión en los ojos de un padre y un kárate a muerte con una monja en Fuengirola funcionan tan bien y me araña la emoción que ese atardecer en la playa, o la escena de la ex o ese flashback al día del padre no consiguen tocarme. Quizás esto no sea más que un primer acercamiento, quizás algunos días aún deba continuar creciendo y madurando, quizás un montaje destinado a ser de 90 minutos no deba durar 120 minutos, quizás yo esperaba más Pablo Chaves y me supo a poco.

Crítica realizada por Ismael Lomana

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES