El Eixample Teatre de Barcelona presenta estos días un éxito seguro en su cartelera. Burundanga, la mítica comedia de Jordi Galceran, vuelve a las tablas catalanas con un nuevo elenco que puede presumir de un alto control del género de la comedia mientras un público entregado llora de risa en sus butacas.
Berta, una joven estudiante, está embarazada de Manel, su novio, pero aún no se ha atrevido a decírselo. Y es que no sabe qué hacer. Por no saber, no sabe ni si su novio la quiere de verdad. Silvia, su compañera de piso, le ofrece la solución: Burundanga, la droga de la verdad, una sustancia que hace perder la voluntad a quien la quita y provoca la sinceridad más auténtica. Si se le administra a Manel podrá saber la verdad sobre todo lo que desea. Berta lo hace, le da la droga a su novio y descubre no sólo lo que pretendía averiguar sino otra verdad mucho más inesperada que hace estallar un revuelo de consecuencias imprevisibles…
Burundanga es de esas comedias llenas de humor absurdo y/o gestual que enganchan al público. Con un guión bien trazado, lleno de contenido y repleto de giros sorpresivos, Galceran nos presenta una obra que se ha convertido en todo un clásico de las carteleras catalanas. Una comedia rica en matices y de acciones desternillantes que cinco jóvenes actores y actrices protagonizan en un ejercicio rebosante de vitalidad y control.
Albert Doz y Borja Rabanal, ambos directores de la obra, consiguen que el elenco funcione como un engranaje cómico perfecto; cuyo ritmo in crescendo con picos de locura exceso bien controlada, hace reír al público a carcajadas mientras mezclan temas como el sexo, el amor, el enredo, los equívocos y… más cosas que me evito contar para mantener la sorpresa.
La tarde que acudí a disfrutar de la obra, el elenco estaba formado por Cristina Brondo, Mónica Macfer, Rubén Yuste, Frank Capdet y David Olivares. Todos presentaron un trabajo en escena soberbio. El buen rollo se nota en el ambiente y, con un ritmo tan endiablado como el que ofrecen algunas de las partes de la obra, es algo notable que la confianza entre ellos es prácticamente ciega.
Aunque todos estuvieron magníficos, la verdad es que he de destacar a sus sobradamente protagonistas (lo siento chicos), Brondo y Macfer, quienes se llevaron la palma con sus actuaciones. Sus escenas, cada una más brillante y surreal, nos meten de lleno en el juego y nos cazan rápidamente.
Burundanga es un espectáculo que te atrapa fácilmente. Una comedia ácida y desternillante que te atrapará y animará tu día. Una apuesta segura para reír hasta que te duelan los dedos de los pies.
Crítica realizada por Norman Marsà
