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17.04.2023 Críticas  
Deja la ventana abierta

La Joven Compañía vuelve a coproducir con el Circo Price de Madrid. Después de la exitosa La Eneida, esta vez le toca a un clásico de la literatura. Nando J. López versiona la historia de Peter Pan. Peter y Wendy rumbo a nunca jamás aúna talento a raudales y remueve emociones.

De sobra conocida la historia de ese muchacho que no quiere crecer, que no quiere conocer el mundo de los adultos y que vive en el país de nunca jamás, acompañado de Campanilla, de los niños perdidos, en continua enemistad con el pirata Hook. Peter Pan es un cuento que esconde capas y capas de lectura sobre la vida adulta, los sueños de juventud, el miedo a las responsabilidades de la vida adulta, la pérdida de la inocencia. Golpes de realidad a ritmo de cuento y fantasía.

En esta ocasión La Joven vuelve a echar mano de talento y energía. En un reparto idóneo que mezcla artistas de circo con actores y actrices. Un equipo que dirige con maestría José Luis Arellano y al que imprime su toque personal, manejando los tiempos y los resortes de la emoción. Mucha culpa de que el producto sea redondo es el bellísimo texto que ha adaptado Nando J. López. Texto que mantiene la esencia de Peter Pan, pero que se aleja del tono infantil, para adentrarse en los vericuetos de los conflictos más adultos. Ahí es donde está la baza de este montaje. Lo que empieza siendo un cuento termina siendo una potente historia que apela a los sentimientos de todos, ya sean estos adultos o jóvenes. Es tan poderoso el mensaje que en el tramo final la congoja se apodera de la platea.

Una escenografía tremendamente bella, fruto del imaginario de Silvia de Marta, con un cielo que se apodera del espectador y en el que vemos volar a los personajes de la historia. Cielo que se transforma en mar, en tormenta. Bañado por una magistral luz de Juan Gómez Cornejo y Jesús Díaz Cortes. Un vestuario impecable de Guadalupe Valero y una sensacional música de Alberto Granados. (Música que queremos ya en Spoty para escucharla en bucle)

No puedo dejar de hablar de un elenco simplemente brillante. Víctor de la Fuente es la reencarnación de Peter Pan, de un Peter nada edulcorado, que no se resigna, frustrado y luchador a la vez. Imposible no ver a Peter Pan en Víctor, uno de los mejores actores que ha salido de la cantera de La Joven. Y, ¿Qué decir de Mabel del Pozo? Madre, Hook, abuela… Mabel es de esas actrices que no se queda nunca a medias. Bravo por quien pensó en ella para componer al malvado Hook, tiene la versatilidad y la entrega para meterse en cintura a ese pirata manco y que no podamos apartar la mirada. ¡Lujazo!

A la zaga les siguen el resto del reparto: Isa Belui, Clara Bernet, Daniel Esteban, Jesús Irimia, Eneko Larrazabal, Lucía Nin Ott, Gustavo Vidal y Laura Forero. Todos ellos caras nuevas (por lo menos para mi) pero que darán que hablar y a los que hay que seguirles la pista de cerca.

Peter y Wendy rumbo a nunca jamás puede tomarse como un pasatiempo infantil pero no lo es. La impecable factura de todo el montaje, el tono adulto, las lecturas a extraer. Todo rema a favor de un montaje en el que la única pega son las pocas funciones programadas para el público general. Solo cuatro oportunidades son pocas para que de tiempo a que el boca oreja recomiende el montaje. Ojalá se reprograme o gire pues merece la pena acercarse a ese mundo de fantasía y cuento, dejar las ventanas abiertas para que Peter nos invite a volar con él a nunca jamás, para salir del teatro transformados en niños con sueños, en adultos emocionados.

Crítica realizada por Moisés C. Alabau.

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