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03.04.2023 Críticas  
El teatro es un espejo de nuestra sociedad

Pamela Palenciano regresa al Teatro del Barrio de Madrid con No solo duelen los golpes. Un monólogo que, partiendo de la experiencia personal con su pareja de los 12 a los 18 años, aborda la violencia machista con gran honradez, valentía y sentido del humor.

No sólo duelen los golpes contó con la presentación de la hermana y manager de Pamela Palenciano, quien explicó que el púbico habitual de este espectáculo son adolescentes de instituto y que el lenguaje utilizado podría ser duro, pero subrayó que no hay otra opción cuando se aborda un drama como la violencia machista. Comenzamos con la idea en nuestra cabeza de que, a pesar del inmenso problema que supone en todo el mundo, la sociedad sigue sin percibir este problema en toda su dimensión y no se hacen los suficientes esfuerzos para fomentar una cultura crítica. Incluso en los países del mundo occidental, donde sí está tipificada como delito y es objeto de castigo y rechazo social, aún carece de la visibilidad suficiente. En este punto radica la valentía de la actriz, comunicadora y activista feminista jienense para señalar la realidad partiendo de su propia experiencia.

Frente a las miradas atentas de los espectadores y espectadoras, se desarrolla un enérgico monólogo teatral que desvela los mecanismos encubiertos de la violencia machista y de cualquier tipo de violencia que se apoye en los privilegios. Sin ninguna duda, el arte de la representación es una forma artística de expresión pero también es una forma de entendimiento de la sociedad que nos rodea para poder transformarla de la mejor manera. El teatro debe hacer más que entretener.

El humor inteligente y descarado se convierte en el arma de combate más eficaz para el feminismo sobre las tablas del Teatro del Barrio. Tiene, desde el primero momento, un ritmo ágil, resuelto, que combina los diálogos de las personas a las que interpreta con las reflexiones que nos proporcionan conocimiento y sabiduría. Merece la pena destacar la capacidad de Pamela para encarnar a los distintos personajes a los que da vida: el tono de voz, el lenguaje corporal y su fascinante gestualidad para demostrar que domina los registros lingüísticos y la caricaturización como muy pocos. En este sentido, la labor de dirección de Darío Valtáncoli es bastante destacable; ha perfilado un trabajo sensible y eficaz interiorizado plenamente por todos y todas las que forman parte de este proyecto.

La acogedora sala de este céntrico teatro es el sitio perfecto para tenga lugar la magia porque este rincón surgió del hambre de realidad y es que ésta, solamente si se conoce en profundidad, puede ser transformada. Propicia cercanía, conexión e intimidad entre la actriz y un público dispuesto a acuerpar para que todo fluya desde la confianza de sentirse protegida para mostrar sin tapujos sus heridas.

La dureza del contenido se acompaña con la sobriedad de una escenografía minimalista que se compone de un banco de madera y una sudadera colgada del techo que sirven como soporte escénico de las palabras y las acciones de los diferentes personajes. Todo apoyado en un gran juego de luces, a cargo de Tony Sánchez, que intensifican los momentos más emotivos del monólogo.

Me siento una privilegiada por haber podido disfrutar de la representación de No solo duelen los golpes y seguir confiando en el efecto transformador que el teatro –al que siempre me entrego con el corazón en la mano- puede generar. Imprescindible.

Crítica realizada por Patricia Moreno

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