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24.02.2023 Críticas  
Ojos azules ante la atrocidad

Por primera vez llega a España el estreno de un texto de George Tabori. El Teatro de la Abadía en Madrid acoge el montaje de Coraje de madre, dirigido por Helena Pimenta y protagonizado magistralmente por Isabel Ordaz y Pere Ponce. Una bella y conmovedora historia real.

Un hijo relata la tremenda historia de como su madre se libró de los crematorios de Auschwitz. La madre, en escena, le corrige y puntualiza. Añade y quita dramatismo a esa odisea que la llevó una mañana a encararse con su propia muerte y sus verdugos. En un viaje de ida y vuelta a las puertas de la barbarie. Un viaje de la que ella saldrá aparentemente indemne físicamente pero que la cambiará para siempre. Dejará de ser esa mujer buena, condescendiente, para ser otra mujer, otra madre.

El planteamiento de George Tabori para contar esta historia real de su madre es un juego metateatral altamente solvente. Asistimos al relato dramatizado que nos cuenta el hijo autor. Interpretado por un magistral Pere Ponce. La madre por su parte, interpretada por una entrañable y aparentemente frágil Isabel Ordaz, irá acotando el relato de su propio hijo. Se complementan a la perfección, en un juego teatral fascinante, apoyado en una escenografía quizá demasiado luminosa para la oscura historia que se cuenta.

Es cierto que la historia tiene un final “feliz”. Eso lo sabemos desde las primeras frases del texto. Sabemos que los ojos azules de la madre la salvaron de terminar su días en el campo de exterminio. Lo que no sabemos es como lo consiguió. Eso se irá desvelando en el devenir de ese día funesto.

En escena, acompañando a los dos pesos pesados protagonistas están David Bueno, Xavi Frau y Sacha Tomé. Este último tiene la difícil parte de ser ese oficial nazi que sucumbe a la belleza y transparencia de esos ojos azules. Una tensa escena en la que se decidirá el futuro de esa mujer. Lo salva con aplomo, aunque a medida que avancen las funciones estoy seguro que conseguirá mayor credibilidad.

El montaje dirigido por Helena Pimenta quien se estrena en La Abadía funciona bien, va al grano y se agradece su ajustada duración. Ha sabido conjugar el tono humorístico entre esa madre e hijo, con lo dramático y terrible de la situación. Se ve con agrado este Coraje de madre. Quizá le falta un punto de emoción, un punto de pellizcar el corazón. A pesar de lo terrible que se cuenta deja un poso de trivialidad. Estoy seguro que a pesar de eso, el montaje va a ser un éxito por donde pase.

Crítica realizada por Moisés C. Alabau.

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