EnPlatea visita el Teatro Lara de Madrid para realizar la crítica de EL DISCO DE CRISTAL. El texto original de Secun de la Rosa consigue poner en pie la sala Off del Lara. Emoción contenida, toques de humor y mucho respeto al teatro de pequeño formato.
Escenario desnudo al principio en el que aparece Secun de la Rosa encarnando a Tomy y entregado al que ha sido su único éxito musical, un hit de principios de los años 80. Un arranque que pilla desprevenido al público, en el que no sabe si lo que está viendo va en serio o es pura parodia. Enseguida, gracias al papel del narrador, nos sumergimos en una historia actual, la de una familia de emigrantes andaluces y extremeños emigrados a Barcelona que tras desaparecer la figura y pilar materno, decide probar fortuna en Madrid.
Rápidamente empatizamos con todas las situaciones, por lo común de ellas, nos emocionamos con la intensidad con la que ese padre quiere sacar a sus hijos adelante, convencido del arte que poseen, a pesar de la timidez enfermiza de la hija y el deseo de una vida nueva del hijo.
Con finas pinceladas de humor somos testigos de la vida de esa familia que ante todo y ante todos se quieren, pero la fortuna les da la espalda y solo les queda vivir del recuerdo de la vida que una vez su padre soñó para ellos. Destacar el valor de Xavi Melero y Ana Hurtado al ponerse a cantar sin amplificación de sonido, con la única compañía de una guitarra; simplemente tocan la fibra.
Este espectador, catalán afincado en Madrid, no dejó de emocionarse al oír los acordes de las “Paraules d’amor” aflamencadas que canta el hijo mayor, y no dejó de sonreír cuando esa tímida hija menor se arranca por primera vez a cantar delante de un público mientras su padre le mueve los brazos para como dice siempre él: ¡Hay que hacerlo grande!
Mientras disfrutaba de esa historia de anhelos comunes que pasaba por delante nuestro no podía dejar de pensar que el montaje podía estar perfectamente en un teatro mayor, con mejor sonido, mejores medios, figuras reclamo que llenarían la sala de cualquier teatro, pero a la vez creo que si eso ocurriera con EL DISCO DE CRISTAL se perdería la emoción contenida que inundó la Sala Off del Teatro Lara.
Un público en pie y más de una lágrima en las mejillas de muchos de los que estábamos allí son prueba del buen teatro que se puede hacer en nuestro maltrecho país. Mi deseo desde aquí es que Xavi Melero y Ana Hurtado siga girando y emocionando.
Crítica realizada por @mcalabau
