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07.10.2014 Entrevistas  
«No querría vivir una historia de amor así»

EXCÍTAME (Thrill Me) se ha convertido en uno de los musicales que ha despertado más interés en el cartelera Madrileña. El musical finalizará funciones el 19 de Octubre en el Teatro Fernán Gómez. Nuestro director ha hablado con sus protagonistas, Alejandro de los Santos y David Tortosa, para que nos cuenten un poco más sobre este curioso espectáculo.

¿Qué es EXCÍTAME?
David Tortosa: Es un thriller de teatro y musical, lo separo así porque no solo cantamos canciones o lo basamos exclusivamente en canciones como casi ocurre con todos los musicales. EXCÍTAME tiene un componente teatral muy fuerte. «Thrill Me», es una obra de Stephen Dolginoff (aquí la hemos traducido como EXCÍTAME, EL CRÍMEN DE LEOPOLD Y LOEB), que Alejandro de los Santos descubrió en Londres hace un par de años. Él se enamoró del proyecto y rápidamente habló con Stephen para traerlo a España. Poco a poco lo fue levantando con un pequeño equipo que luego fue creciendo hasta donde hemos llegado.

¿Cuánto hace que empezó el proyecto?
David Tortosa: El proyecto lleva dos años en activo y, en estos últimos 6-7 meses, se ha concretado en lo que vas a ver hoy en escena.

¿Porqué apuesta Alejandro de los Santos por traer este musical de pequeño formato a España?
Alejandro de los Santos: Pues porque estaba un poco cansado de hacer los de gran formato (ríe). En el buen sentido de la palabra. Cuando llevas tiempo haciendo algo muy determinado, que en mi caso es el espectáculo de gran formato, hay una parte del mismo, la creación, que te falta. Todo ya está hecho y creado. Sencillamente, es una reproducción de algo que ya se ha hecho y el margen que tienes al lado creativo es mínimo (prácticamente nulo). Creas tu personaje pero siempre frente a unas direcciones que están enfocadas en lo que hizo un señor en un workshop en Estados Unidos y que él encontró de una manera creativa. Como vieron que funcionaba, tú lo debes reproducir.

¿Necesitabas un cambio de aires?
Alejandro: Al igual que David, mi entrenamiento es actoral. Hemos crecido haciendo teatro y creando. En las franquicias, desgraciadamente, esta parte se pierde y que necesitaba empezar a desarrollar y motivar estas facetas que tenía oxidadas por los últimos 10 años en los que he hecho musicales de este tipo.

En este espectáculo eres actor, pero también eres el único productor. ¿Porqué decides tomar este rol?
Alejandro: Soy de los que piensan que un actor es algo mucho más que una persona que se sube a un escenario e interpreta un personaje. Un actor es alguien que pertenece a un determinado ámbito, el sector de la cultura y del arte y que, a mi parecer, debe tener una serie de intereses e inquietudes. En otros momentos, económicos y sociales, la industria hace que uno pueda moverse con más facilidad y que pueda alimentarse de otros proyectos. Ahora no es tan fácil. No existen productoras que arriesguen. Si fuera así, no haría falta que el actor se produjera su propio espectáculo, porque tiene donde retro-alimentarse. Si me decidí a producir es porque esta necesidad debía canalizarse por algún lado. Afortunadamente, llevaba 10 años trabajando en espectáculos que me daban una continuidad y una estabilidad económica y pensé que, lo que había ahorrado, en vez de marcharme a Las Maldivas, me iba a montar mi propio musical.

La satisfacción también es diferente.
Alejandro: Claro, no tiene nada que ver. A nivel creativo, esto a mi me ha recompensado 10 años de teatro musical de gran formato. Me lo ha recompensado porque es algo que me apetecía hacer. Algo que pudiera coger el texto, a un director, a un escenógrafo, etc. y poder crear algo entre todos. Llegar y sentarte con tu compañero y que la persona que tienes en frente no es un director americano que no entiende el Español, sino que entiende el castellano. Son pequeñas tonterías, pero importan.

EXCÍTAME está interpretado por dos actores. ¿Podéis explicarnos qué personaje hacéis cada uno?
David: Mi personaje es Ricard Loeb; un chico de familia adinerada que no está pasando un buen momento. Todo comienza en un encuentro de estos dos amigos en un parque seis meses después de haberse separado por un tema de cambio de universidades. Siempre han estado juntos, y tras este impás, casi sin avisarle, regresa por sorpresa. Durante estos seis meses, Ricard ha estado con otra gente, bebiendo de otras cosas, otras teorías. Empieza a leer mucho a Nietzsche y su teoría del Superhombre. Eso hace que llegue con muchas ideas en la cabeza y con ganas de hacer muchas cosas al respecto. Richard trata de engatusar a su amigo Nathan, con el que ha tenido algo más que amistad, porque sabe que no hay nadie mejor para poder acompañarle en sus propósitos. Comienza a intentar llevarle a su mundo, a su historia, a realizar algo prohibido hasta límites insospechados.
Alejandro: Mi personaje es Nathan Leopold; un personaje basado en la historial real del mismo hombre con el mismo nombre (ríe). Lo indico porque hablamos de dos personajes que existieron en los años 20 en Chicago. Como Richard, Nathan pertenece a la clase alta de la sociedad; a la élite millonaria. Durante toda su vida lo ha tenido todo. Además, posee una inteligencia que está por encima de lo normal o lo habitual en alguien de su edad. Con 18 años este señor dominaba 8 idiomas. Nathan es capaz de dejarse arrastrar no solo por su mente sino también por sus pasiones. Es un tipo asocial que encuentra en Richard su único confidente y, quizá por esa obsesión que tiene con él, se deja arrastrar hasta el infierno.

¿EXCÍTAME es una historia de amor?
Alejandro: Que difícil contestar esto.
David: Son tantas palabras a la vez, verdad? Porque sí, amor hay; hay mucho amor y también hay posesión, obsesión, poder.
Alejandro: Yo creo que la línea es muy delgada para definir que une a estos dos personajes. Por supuesto hay una atracción intelectual, una atracción sexual… y el amor. Pero lo que tú puedes ver como espectador en un momento de la obra como amor, puede que sea otra cosa, obsesión.
David: Sí, porque el amor es algo más puro.

Siempre se ha dicho que el amor nos anima a hacer cosas que posiblemente no deberíamos hacer.
Alejandro: Sí, pero a lo mejor, eso ya no es amor. Yo la verdad, no sabría definirlo; es muy complejo. Es como cuando terminas una relación y piensas: he estado muy enamorado de esta persona pero ha sucedido algo y de repente ¿no estoy enamorado? ¿se ha perdido?. En esta función es muy difícil poner esta etiqueta. Está claro que hay amor pero ¿es una historia de amor?
David: ¡Pues vaya historia de amor!
Alejandro: Yo no querría vivir una historia de amor así.
David: Yo tampoco.

Lleváis dos años desde que iniciasteis el musical. ¿Qué balance hacéis?
Alejandro: Si me hubieran dicho que esto iba a ser así, lo hubiera hecho hace seis años. No hubiera esperado tanto tiempo (ríe). Puedo decir orgulloso que estoy recogiendo más de lo que esperaba. Piensa que el planteamiento inicial del musical era coger el texto, la música, y montar el espectáculo en una sala pequeña dos o tres días; hacer pocas funciones y compartirlo con amigos, con gente de la profesión y ya está porque piensas que no va interesar al público en general. Lo que ha sucedido posteriormente, que es que este tipo de formato llegue a un teatro público, que decidan programarlo dándonos seis semanas, y que hayamos recibido los comentarios y críticas que estamos recibiendo… es mucho más de lo que yo pensaba. Es cierto que hay mucho esfuerzo y cariño por hacerlo todo bien pero luego subes al escenario y te expones al público. Puede que luego la gente no empatice con ello y te hayas equivocado. Yo en ese sentido estoy alucinado.

Hombre la palabra no debe ser equivocarse, sino arriesgarse.
Alejandro: Pienso que es una responsabilidad que tenemos los que tenemos la suerte de participar del gran formato. Es decir, oigo continuamente dentro de nuestro pequeño círculo de los grandes musicales que no se nos valora lo suficiente, que solo somos cantantes, o bailarines… pero realmente, ¿qué hacemos para que la gente deje de decir esto? Nos quedamos quietos. Esperamos que la gente venga a vernos y digan: «que buenos son». Pero es que para eso hay que demostrar tus capacidades, habilidades, tus herramientas… y si tienes la suerte de participar en estos montajes que te dan una continuidad y estabilidad económica y puedes ahorrar (también depende de la vida que lleves). Juntarte entre 5 o 6 amigos y hacer algo, se puede. A mi se me ha ido la olla y lo hice solo pero se puede. No hay nadie, ni mi madre, que haya puesto una sola peseta.

¿Es como una responsabilidad de crear un producto diferente?
Alejandro: Sí. Si queremos que la gente consuma teatro musical de calidad, tendremos que enseñarle que, a parte de los grandes musicales, existen piezas maravillosas, partituras fantásticas, y teatro que vale la pena ver; y lo digo yo que salgo en «El Rey León» y lo adoro. Quizás, si les ayudamos a ver que hay más cosas, vendrán a ver más a los grandes formatos pero también a los pequeños. Y las grandes producciones podrán arriesgar con otro tipo de musicales de gran formato que sean menos conocidos. Esto no hubiera podido hacerlo si no llevara 10 años trabajando para Stage. Estoy muy agradecido a Julia Gómez Cora, a Mariana Gómez Cora, a Fernando Olives y toda la gente de producción porque todos ellos me han aportado mucho para que pueda hacer esto y llegar a donde hemos llegado.

Y ha funcionado
David: Yo sabía que esto iba a funcionar. Estaba convencido.
Alejandro: Pues yo no (ríe).
David: En el minuto uno que leí el guión, pensé que iba a funcionar. Cuando vi la muestra, lo tuve clarísimo. Y cuando vi el equipo que estaba montando Alejandro… es que claro, tener en el equipo a Juanjo Llorens en luces, Asier Sancho en escenografía… Es un equipo de gente tan profesional que solo puedes esperar cosas buenas. Lo que sí que nos faltaba era la respuesta del público pero ese estreno que tuvimos con ese aplauso tan brutal que recibimos presagiaba un despegue total.
Alejandro: La verdad que sí que tenía un presentimiento de que lo que teníamos entre manos era interesante, porque cuando tienes a Pedro Casablanc, Adolfo Fernandez y Miguel del Arco, y deciden participar en un musical… piensas que realmente hay algo diferente en esta pieza. El proceso de creación ha sido muy intenso, y yo no lo cambio por nada.

Tras finalizar en Madrid, ¿Cuál será el próximo paso del musical?
Alejandro: Pues nos merecemos un descanso, porque la función es intensa. Y tras un descansillo, parece que nos empiezan a salir novios. De momento no hay nada cerrado pero la previsión de bolos existe.

¿Bolos cercanos a Madrid o alguna gira algo más extensa?
Alejandro: Intentaremos movernos. Yo tengo mi espinita con Barcelona. Sobretodo porque he vivido cinco años allí y me apetece volver con esto que es mío, que es mi hijito y me apetece llevármelo para allá y compartirlo con la gente que compartí 5 años de mi vida. Me apetece mucho. Y por su puesto, si hay gira por toda España, bienvenida sea.

No te pierdas EXCÍTAME, EL CRÍMEN DE LEOPOLD Y LOEB en el Teatro Fernán Gómez de Madrid hasta el 19 de Octubre.

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