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11.01.2023 Críticas  
She’s got Bette Davis eyes

Al fin llega Loba de Juan Mairena a Nave 73 de Madrid, tras seguir la gira previa por provincias, antes de llegar a la capital. Mélida Molina y Carlos Troya interpretan a Bette Davis y Lukas Heller en el momento en que se conocen en el Hollywood Reporter.

El 24 de septiembre de 1962, en la sección de anuncios del Hollywood Reporter, se publicó el anuncio que Bette Davis contrató, en busca de empleo. Con 54 años, “madre de tres – 10, 11 y 15 – divorciada, americana, treinta años de experiencia como actriz en películas. Aún con movilidad y más amable de lo que se rumorea. Busca empleo estable en Hollywood. (He estrenado en Broadway)”.

Bette, tras el estreno de All about Eve (1950) comienza a notar que los papeles que se le ofrecen son menos protagónicos y más anecdóticos y decide recurrir a colocar un anuncio por palabras como toque de atención al publico y la industria; Lukas Heller, con 32 años en ese momento, decide aprovechar este encuentro, casi predestinado, para ofrecerle a Davis la adaptación a guión de la novela de Henry Farrell What ever happened to Baby Jane? (1960), y el resto todos podemos rellenar los huecos de la historia.

Juan Mairena ha escrito y dirigido un homenaje al cine clásico, a las divas de la gran pantalla, y a iconos pop de la actualidad; Bette Davis es la protagonista, es la Loba, apodo adoptado por la película estrenada como La loba ,de William Wyler, en 1941, pero cuyo título original era The little foxes (no debieron considerar apropiado traducir el título como Las zorritas). El autor indica que “Esta obra es un homenaje a todas las actrices que después de toda una vida luchando, llegadas a cierta edad, son relegadas a papeles secundarios y, muchas veces, al olvido. Y ella lo sabía mejor que nadie.” Pero en lugar de la Davis podría haber sido la Crawford, la Monroe, la Hepburn o la Montiel: la épica de sus vidas, casi como extensión de una película más de su trayectoria, como eran sus vidas, escondían un universo machista que las sometía al abuso constante y a las amenazas de acabar siendo nadie.

La impactante escenografía que recibe al espectador, de Juan Sebastián Domínguez, hace honor a la grandeza de un personaje que, caracterizado por Chema Noci y vestido por Guadalupe Valero, convierten a Mélida Molina en una rejuvenecida Bette Davis en su mejor momento. La afectación de los gestos, estudiadísimos, de Mélida Molina, es precisamente lo que necesita este personaje para ser levantado en escena, y aqui la dirección de Juan Mairena esta afinadisima y eleva la interpretación. Todo el margen y el juego que da el personaje de Bette Davis en el de Lukas Heller se reduce y la presencia de Molina eclipsa en escena a Carlos Troya, quien está correcto, encantador y por momentos seductor, pero sus acotaciones al texto, con apuntes biográficos de la actriz, y sus parlamentos siempre cortados por su compañera, hacen que Troya casi que termine formando parte de la escenografía, siéndole imposible lucirse como acostumbra en escena.

Loba tiene alma de monólogo, pero falta introspección en el personaje, o hasta una ficcionalización del personaje, como es el Blonde de Joyce Carol Oates, que soportado por hechos y acontecimientos reales monta todo un andamiaje psicológico novelado que como ha ocurrido con el estreno de la película basada en este libro, el público llegue a confundir la meta-ficción con el biopic. El misterio de los ojos de Bette Davis no se desentraña en Loba, pero el lleno del estreno augura una muy buena carrera comercial de este estreno, que no me extrañaría que prorrogase en los próximos meses. Loba es correcta y efectiva; amable, funcional y entretenida. Vamos, que Loba va a ser un éxito.

Crítica realizada por Ismael Lomana

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