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02.01.2023 Críticas  
Allegro

El Teatro Infanta Isabel de Madrid acierta de lleno con su programación para finalizar el año eligiendo un espectáculo dirigido a una gran base de público, niños incluidos, que tiene la música como factor común. Maestrissimo (Pagagnini 2) aúna el concierto de cámara y el característico humor de Yllana.

Yllana nace en 1991 como compañía de teatro de humor gestual y, aunque en la actualidad ha diversificado su actividad, su creatividad es un clásico que vive, dura y renace sin fecha de caducidad cuando menos te lo esperas. Y es que hay espectáculos que con el paso del tiempo se hacen eternos y se convierten en un pequeño tesoro para la cartelera teatral. Por ese motivo, Maestrissimo regresa a las tablas madrileñas, a mitad de camino entre el concierto de cámara, la comedia satírica y el retrato de época, en el que se muestran, con la inventiva tan característica de Yllana, las aventuras y desventuras de un cuarteto de cuerdas que repasa momentos cumbre de la música clásica.

A través del teatro, las personas conseguimos evadirnos de la realidad y nos comportamos como si todo fuera diferente. Como quien toma una bocanada de aire fresco, este espectáculo nos llena de energía, belleza, música y humor. Con un ritmo ágil, por momentos trepidante, que no decae en ningún momento y una progresión dramática interesante que nos lleva de una escena a otra evidenciando la química entre el acertadísimo elenco, fresco y con manos prodigiosas. Eduardo Ortega, Jorge Fournadjiev, Isaac M. Pulet y Jorge Guillén Strad arrasan como músicos con un manejo corporal muy bien matizado y un humor blanco y tierno que colocan de maravilla. No hay un gesto ni un elemento superfluo que no esté al servicio de la acción dramática. Los personajes tienen un talento exquisito, todo fluye, todo funciona perfectamente y ningún actor pasa por encima de otro en un ejercicio de equilibrio interpretativo elogiable.

La ruptura de la cuarta pared es un recurso que esta compañía teatral utiliza de manera habitual para permitir a los personajes que se sitúan sobre el escenario interactúen de alguna manera con los espectadores y espectadoras, poniendo en evidencia la capacidad de sorprender que siempre tiene Yllana. Y hasta aquí puedo contar porque, cuando se trata de ellos, invito a dejarse asombrar de principio a fin.

Destacar también la escenografía y el diseño de vestuario de Tatiana de Sarabia, el trabajo de iluminación de Fernando Rodríguez Berzosa y la increíble coreografía de Carlos Chamorro. Todo fluye con una naturalidad abrumadora.

Se me antoja bastante complicado definir Maestrissimo, quizá una comedia musical de enorme capacidad enternecedora y gran calado teatral que no pasa por un entretenimiento intrascendente si no todo lo contrario, una obra mayúscula en su creatividad, inmensa en su aparente sencillez y cuyas escenas se encuentran perfectamente encajadas, hasta el punto exacto al que nos quiere llevar, meciéndonos entre canciones, chistes y gestos, con un trabajo interpretativo de alto voltaje actoral y musical que no tiene desperdicio.

En definitiva, Maestrissimo ofrece exactamente lo que promete: una hora y media de pura diversión.

Crítica realizada por Patricia Moreno

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