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16.12.2022 Críticas  
Listas para ganar

Ladies Football Club, el once del balompié femenino concebido por Stefano Massini y dirigido por Sergio Peris-Mencheta, vuelve a los Teatros del Canal de Madrid para contarnos su épica y centenaria historia y trasladarnos la tensión del campo de juego con su puesta en escena.

Quedan pocos días para que acabe el mundial de fútbol. Evento que supone la cota más alta de aquello en lo que puede convertirse el deporte. En geopolítica y en negocio que no entiende de escrúpulos. Aunque un siglo atrás no era así, el asunto de darle patadas a un balón ya tenía algo de eso en su etapa inicial. Con el añadido de ser un fenómeno categorizado como exclusivamente masculino. Una demostración de fuerza y potencia, alejado de la delicadeza, equilibrio y reserva que se le suponía y exigía a las féminas. A las de buena familia para no alterar su mácula imagen y a las vulgares para no distraerlas de sus tareas productivas.

Pero como todo es posible y las necesidades están por encima de las reglas, durante la I Guerra Mundial un grupo de mujeres británicas consiguieron formar un equipo para deleite de quienes llevaban demasiados meses sin ver un partido como consecuencia de la llamada a filas de los hombres salvadores de la patria.

Un hecho real que Stefano Massini describe, analiza, deconstruye y recompone para que conozcamos sus múltiples aristas. El contexto de la época, la localización fabril en que tuvo lugar, la idiosincrasia de ese micro mundo, las jerarquías que definían las relaciones, así como las personalidades de cada una de esas mujeres, la biografía que arrastraban y el estado civil que establecía su margen de actuación. Y a partir de ahí, cómo la coyuntura dio pie a que surgiera el espíritu deportivo, a que se formulara una atmósfera de equipo, la evolución natural del trabajo fabril en cadena a una alienación bien conjuntada. Y circulando todo ello para darle empaque y solidez, las emociones que brotaron, las que dieron pie a conflictos y las que generaron transformaciones cuyos ecos llegan hasta nuestros días.

Un maremágnum a once voces de detalles, datos, esbozos y muestras de todo tipo que genera un continuo de mensajes superior al que este espectador era capaz de procesar y, por tanto, de hacerse en base a ello una imagen de lo que se le estaba relatando y entender así que era lo principal y lo secundario, lo nuclear y lo circunstancial, lo netamente narrativo y lo puramente estético. Aun así, un torrente que Peris-Mencheta encauza con mucho tiento y le da en lo visual múltiples planos para hacer que el escenario se llene de un dinamismo y vibración que denota su capacidad como director de montajes tan complejos como hiperbólicos.

A pesar del ruido señalado, consigue que la coralidad no anule la individualidad de cada una de sus actrices, aunque la caricaturización verbal y gestual de algunas de ellas lastra más que agiliza. Un elenco, vestido por Elda Noriega, que se deja la piel en los momentos musicales a lo Broadway dirigidos por Joan Miquel Pérez, lo mejor de este montaje, y complementándose a la perfección con la muy lograda escenografía, de varios niveles, de Alessio Meloni, y la conseguida iluminación de David Picazo. No fui yo uno de ellos, pero es justo reconocer que la mayor parte de la platea acabó aplaudiendo en pie a la alineación de Ladies Football Club al acabar la función de su partido.

Crítica realizada por Lucas Ferreira.

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