novedades
 SEARCH   
 
 

23.11.2022 Críticas  
Delicadeza barroca por Sasha Waltz

Solo cuatro funciones ha programado el Teatro Real de Madrid de esta impecable producción de L’Orfeo de Claudio Monteverdi. Una absoluta delicia visual, musical y orgánica. Una joya de la reconocida coreógrafa Sasha Waltz.

L’Orfeo tiene el privilegio de ser una de las primeras composiciones musicales a las que se calificó de ópera. Estrenada en el 1607, esta composición de Claudio Monteverdi es una bella fábula en la que se mezcla el mundo de los vivos y los muertos, un amor incondicional y un aire onírico, festivo y etéreo.

La excelente música barroca está interpretada de manera notable por la Freirbuger Barockorchester, dirigida con maestría por el argentino Leonardo García Alarcón. La puesta en escena y dirección corre a cargo de Sasha Waltz, quien incorpora todo un mundo de danza para contar la historia. Sus coreografías llegan a ser hipnóticas y delicadas. Un ejercicio de un ensamblaje perfecto entre la música barroca y los movimientos de los más que excelentes bailarines. Todos y todas de una calidad insuperable. Envueltos en una escenografía firmada por Alexander Schwarz. Una gran plataforma de madera, con bellas proyecciones transmuta de la campiña al Averno. Un vestuario entre blancos y negros, con volúmenes vaporosos y sensuales. Un regalo para la vista del espectador.

Todo para contar la desdichada historia de Orfeo, quien pierde a su amada esposa Euridice en un desafortunado incidente. No acepta la muerte de su querida y se embarca en un viaje para suplicar a Caronte que le deje ir con su amada, aunque ello implique bajar al Averno. Caronte se niega, pues es contra la naturaleza que un ser vivo cruce la orilla. Finalmente aprovechando que Caronte cae dormido, Orfeo cruza solo para darse cuenta de que su empresa es imposible. Euridice nunca volverá a sus brazos. Orfeo regresa a Tracia y a pesar de la tristeza que le invade consigue ver a su amada en el sol y en las estrellas de la noche.

Georg Nigl interpreta con soltura a Orfeo, acompañado por una excelente Julie Roset como Euridice. Alex Rosen como Caronte está sublime, no solo en lo cantado sino en lo físico, así como Luciana Mancini que tiene un momento brillante.

El Vocalconsort Berlin apoya coralmente todo el montaje, y su interpretación es de gran calidad.

El barroco le sienta bien al Teatro Real, y montajes como este, de una calidad de las que se queda en la memoria son de las que crean afición y gusto por la ópera.

Crítica realizada por Moisés C. Alabau.

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES