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20.07.2022 Críticas  
Homo homini lupus

En el teatro Nueve Norte de Madrid se estrena Mejor, adaptación al español del texto italiano Migliore (2005) de Mattia Torre. Un monólogo agresivo de comedia ácida y negra dirigido por Carlos Zamarriego y protagonizado por Daniel Rimón.

En 70 minutos, un hombre amable y sumiso, apaleado por una sociedad injusta y un trabajo en una empresa que le humilla se transforma en un depredador sin escrúpulos tras vivir un episodio traumático. No, no es el Joker, es Alfredo Beaumont.

Este monólogo escrito y puesto en escena originalmente en 2005 por Mattia Torre, dramaturgo y guionista de televisión, que se especializa desde entonces en el monólogo teatral, critica a una Italia en la que muchos han hecho carrera gracias a una mezcla de prevaricación, cinismo, astucia e indiferencia que es igual de real y actual en esta piel de toro.

Aunque la obra es, teóricamente, una comedia, la historia que nos cuenta es oscura, cruel y extremadamente familiar para la mayoría de nosotros. En la sociedad en la que vivimos ser decente es una receta para el fracaso. No sobreviven los fuertes, sobreviven los despiadados y es esa epifanía la que cambia la vida de Alfredo.

Daniel Rimón es el único elemento escénico en esta obra minimalista en imagen pero llena de significados. La expresividad y la caída en espiral hacia la locura es frenética y la actuación de Rimón, aunque sentida, se hace agobiante dado que muchas veces termina siendo lo más cercano a un cara a cara.

El texto por su parte demuestra ser el elemento más incómodo de la obra. Por un lado, a ratos, se hace un poco difícil de seguir, pues está estructurado más como una reflexión extensa con numerosos paréntesis y no como una narración lineal. Por otra parte, ciertos pasajes no serán del agrado de todos los públicos por su contenido explícito. Aunque se entienda como parte de la transformación y la psicosis de Alfredo se hace innecesariamente violento.

En esencia, Mejor puede verse como la catarsis del hombre liberado del yugo de lo socialmente aceptable o el descenso a la depravación más aceptada en las altas esferas. La interpretación queda a discreción del espectador.

Crítica realizada por Ariadna Ortega

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