novedades
 SEARCH   
 
 

18.07.2022 Música  
Share Festival al rojo vivo

El Share Festival triunfa en su segunda jornada con música urbana. Reggaeton, trap, cumbia y rap en un solo evento que juntó a todo tipo de gente para cantar canción tras canción y dejarse la garganta con el nivelazo del cartel. Desde primera hora todo el mundo estaba listo para lo que venía por delante frente a las puertas del Poble Espanyol y desde luego que valió la pena.

El pasado viernes tuvo lugar la segunda jornada de festival del Share Festival, evento que quedó inaugurado la semana anterior con el concierto de Anuel AA en el Poble Espanyol. Ya desde primera hora la gente esperaba para entrar, las altas temperaturas y el sol no pudieron con las ganas de ver a sus artistas favoritos. Así que poco a poco, el público fue accediendo al recinto en un Poble Espanyol reconfigurado, pues la barras estaba situadas en la parte de abajo del recinto en lugar de tenerlas arriba como en la semana anterior, probablemente se debiera al sold out de Anuel, no obstante hay que decir que era mucho más cómodo coger algo de beber y regresar a tu sitio.

Mientras esperábamos a la primera artista de la tarde la pista se fue calentando y no solo por el sol, pues sonaron temas de Bad Bunny con su nuevo álbum Un Verano Sin Ti y, como ya vimos la semana anterior, eso es un triunfo seguro. En ese mismo ratito la pista se llenó de globos negros que se iban repartiendo, y es que la asociación enCantados estaba repartiéndolos explicando que las personas con dificultades auditivas se ayudan de globos para poder sentir mejor la vibración de la música colocando el globo sobre la barriga y sosteniéndolo con las manos. Por lo visto la asociación participó con Share Festival en los conciertos de Santa Salud y Alba Reche aportando un intérprete de lenguaje de signos para hacer los conciertos inclusivos.

Dicho esto el escenario empieza a transformarse y nos topamos con un radiocasete hinchable enorme a lo ghetto blaster mientras un dj, un guitarrista y una saxofonista se colocan en la tarima. Comienza la música y nos encontramos ante el poderío de Santa Salud con su último trabajo Discordia sonando Trocito de Paz. Para mantener la pista al rojo vivo, la artista dejó caer el mítico Sound the la Police para que todo el mundo lo gritara mientras sonaba el sample. Desde luego que la catalana era muy esperada ya que el público, entregado se las sabía todas. Nada más comenzar nos presentó a todo su equipo, introduciendo también a su corista que, para nuestra sorpresa también hacía beatbox. Y a saco y sin música se empezó a tirar a capella algunas letras a la vez que escuchábamos el beatbox de su compañera. Al poco rato pidió al público que la acompañara con el grito de guerra Que te calles y todo el mundo enloqueció dejándose la garganta por la canción. Santa Salud preguntando si querían tralla, rap del duro, y continuó el concierto con todo el equipo después de esta pequeña pausa que realmente nos dejó sin aire. Y calló Cadena de Plata con un bombo que echaba para atrás y una energía que estaba al rojo vivo, sí, desde luego rap del duro don la Santa no se sentía tan santa. Que tiemblen esos machis, decía, y el público se ponía a gritar. Solo rap y más rap, con fusiones y aires de trap y mezclado elegantemente con música electrónica, una mezcla muy homogénea difícil de conseguir y que la catalana le puso su marca bien arriba. Continuó dando un espacio sonoro después de la tralla con Absenta dejando que su equipo de guitarra y saxofón se lucieran y brillaran como nunca conectando conjuntamente en el escenario. Para finalizar poro todo lo alto Salut se marcó Urano, una canción que fue progresando poco a poco hasta que la gente enloqueció, bailó, saltó y cantó hasta el punto más alto de la canción acompañando a la artista.

El concierto de Santa Salut dejó la pista bien caliente y veíamos a un equipo de producción moviendo y deshaciendo rapidito para el siguiente concierto. La gente, ya ansiosa mirando el reloj para el siguiente, realmente solo pasaron 10 minutos, sin embargo, tenía a todos los asistentes bien nerviosos ver a Kaydy Cain apareciendo por el escenario del Share. No obstante el primero en aparecer fue el dj, ¿cómo sabíamos que era su dj? fácil, la camiseta de La Mafia del Amor, grupo musical del que Kaydy era componente, le delataba. Después de dejarnos algunos temas desde el escenario y un par de samples con la voz del artista la gente empezó a corear su nombre hasta que por fin salió con I Don’t Sleep cantando junto a todas sus fans, pues era faltar una frase y enseguida estaba rellenada por el público. Los gritos al acabar la canción siguieron y más al escuchar las primeras notas del siguiente tema, Algo Como Tú, que también puso a todo el mundo alerta para cantar la canción de principio a fin. En esa misma canción salieron al escenario dos bailarinas marcándose una coreo de escándalo y muy elegante. Y si este chico destaca por su gran sonrisa es inevitable que te caiga simpático, pues no duda en señalar a las personas de las primeras filas encanjándolo con la letra. Los visuales de lo más locos y estrafalarios, ya que no solo su nombre era lo que veíamos en pantalla, desde diamantes hasta una pizarra en su tema Perreología como si nos estuviera dando lecciones de puro perreo. A cada movimiento de cadera que se lo ocurría marcarse desataba los gritos del público. Si su habilidad en el micro había quedado clara desde el principio llegó el reto con uno de los temas que combina su estilo entonando un poco más; Si No Me Das Tu Corazón Te Lo Robo, tema que interpretó interactuando con una de sus bailarinas por todo el escenario. Los momentos más top llegaron con Hollywood y cuando nombró a La Mafia del Amor y sus componentes. Después de decir que se iba ya con lo último y sobre todo, mostrar su cariño a una niña pequeña que iba con su mamá entre las primeras filas, entre gritos finalmente se sentó al borde del escenario y dijo que no se iba a ir sin pedirle perdón y de repente sonaron las notas de piano de Lo Siento, tema que colabora junto a Maikel Delacalle. Después de una actuación impecable se marchó despidiéndose de todos dejando un buen sabor de boca.

De repente el escenario se transformó de nuevo y vimos una banda completa compuesta por batería, guitarra, bajo, teclados y hasta congas. Era el turno de Juancho Marqués. Y si desde primera hora tuvimos Hip Hop con la Santa Salut y reggaeton con Kaydy Cain era la hora de dar un giro de nuevo y retornar al más puto estilo rap con un toque fresquísimo, y eso es el efecto que creó Juancho con su espectacular banda. Un toque muy fresco y elegante a la tarde que hizo que el público disfrutara lo más grande entonando sus canciones. Para sorpresa de muchos, Juancho salió un ratito junto al escenario para conversar y hacerse fotos con sus fans mostrándose, al igual que en el escenario, muy natural.

Uno de los momentos más esperados de la tarde fue el concierto que se desató a continuación. Fue la última confirmación anunciada del Share Festival que tuvo la ciudad totalmente empapelada… era el momento de Morad. Si todos conocemos varias de sus canciones porque realmente están pegadas nos habremos fijado en la cantidad de festivales que ha pisado este año comenzando por el mismísimo llenazo que se marcó en el Sónar hace un mes. En esta ocasión Morad pidió al festival varias especificaciones que se hicieron notar desde el primer minuto de su actuación; el escenario se llenó de niños y el foso destinado a los periodistas y seguridad también. Morad no dudó en dar las gracias a la organización por dejar subir a todos los niños de su barrio al concierto a pesar de que muchos más niños pudieron subirse a bailar con él. Y si estáis pensando que fue cosa de un ratito estáis totalmente equivocados, esa pequeña banda se quedó ahí absolutamente todo el concierto con una actitud festiva pero impecable. ¿Y qué hace tan especial la música de este artista que tenía a pequeños y grandes tan al loro? Esos toques de afro trap con aires de música electrónica que son tan infinitamente bailables, una danza hipnótica con letras pegadizas. El público se las sabía todas de principio a fin, si el artista decía ¿qué es lo que yo me pongo a diario? la gente contestaba chándal y de repente todos se ponían a cantar y comenzaba la canción. Constantemente hacía preguntas al público e interactuaba con facilidad obteniendo siempre respuestas de sus canciones, hecho que pasó también con la canción Soñar y en la que dio una buena cátedra sobre la importancia de aprender a soñar. Y si la frase Oye Barcelona tengo una pregunta se convirtió en mítica imagínate cuando dijo Falta una ¿no? Cómo no, la gente se puso a cantar Pelele y el la siguió a capella hasta que empezó a sonar la música. Se despidió alegremente con este tema que ahora está tan de moda y el público no dejó de corear su nombre.

El Share continual todavía con dos nombres de escándalo, sin embargo hubo varios movimientos en la pista y muchas personas dejaron el recinto, tal vez no estaban preparados por lo que quedaba. Pero desde luego si no conocías a los artistas siguientes merecía la pena quedarte. Ya hemos comentado la diversidad de estilo que vivimos, y sí, os hemos hecho spoiler, pues lo último que esperábamos oír fue esta fusión de trap, reggaeton, dembow… el más puro estilo de la música urbana mezclado con cumbia de la mano del gran L-Gante. Canijo pero matón se comió el escenario. Venía acompañado de dos coristas que elegantemente lo acompañaban desde el fondo del escenario mientras los visuales sacaban a relucir la bandera de Argentina, un puñal con su nombre en relieve y su mítica frase Cumbia 420 y que, de hecho, no paraba de repetir. Plato fuerte de su actuación fue cuando se cantó Bar, canción en la que colabora con TINI, pues el público se sabía cada palabra, cada frase, era casi como un himno. Lo mismo ocurrió con Combi Nueva, aquello se puso caliente y todo el mundo estaba bailando entre reggaeton, dembow y cumbia, cualquier paso de baile era válido para la que L-Gante estaba liando ahí. ¿Podéis imaginar la que se armó cuando se soltó Cumbia 420? Puse sí, si las anteriores lo habían petado esta casi tumba el Poble Espanyol y lo parte por la mitad abriendo una brecha desde el suelo.

El festival fue capaz de juntar un público rap con un público reggaetonero con la más pura esencial latina de la cumbia. ¿Qué más podíamos pedir? Pues desde luego que la diversidad enriqueció la experiencia a lo grande. Pero no se había acabado todavía, nos quedaba a FernandoCosta o como el mismo se denomina; el Fernandito. Si había dudas de la procedencia de este chico nos las resolvió rápido indicando que venía desde Ibiza. Costa entró en el escenario cual huracán con una fuerza que nos echó a todos para atrás, ya no era momento de perrear, sino de agitar cabeza y manos al ritmo de este poderoso rapero. La pista se desató con Dynamo, gritando y saltando sin parar. Y no era el único que destacaba en el escenario pues tuvo un dj que nos mostró la más pura destreza del scratch canción tras canción. Y el niño de la calle pisó bien fuerte cuando se soltó Oye, un tema más fresco más rítmico, pues lo cierto es que su estilo es bastante oscuro pero está claro que no se olvida dar un toque de alegría y baile a la pista. Este chico nos dejó hipnotizados con su técnica a la hora de rappear y su fuerza, un show impecable que quedó bien nítido junto con su dj que también sacó la MPC a relucir dándole otro toque a los beats que nos traía con Fernandito. A la hora de despedirse nos dejó con su tema Malamanera y con ganas de escuchar el concierto el bucle con lo cual, si ese fue tu caso, solo te toca revisar su agenda y seguirle allá a donde vaya o bien conformarte con los temazos que tiene en tus plataformas favoritas. Sin duda el mejor cierre que podía regalarnos el Share Festival.

Fue un festival brutal que tenía que estar en nuestra agenda y no nos lo perdimos. Atentos al año que viene que seguro que viene cargado de más sorpresas.

Crónica realizada por Nina Delgado

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES