El Umbral de Primavera de Madrid programa durante el mes de junio el proyecto escénico con el mejor título de la temporada: Manual para follarse a un macho con vagina, “(…) la radiografía de una experiencia vital muy concreta”.
Pablo Alamá ha creado esta pieza autobiográfica sobre su transición, comenzada hace ya más de 8 años, dirigido por Myriam Diego y Tania Marte. Quizás lo más acertado no es que esto trate sobre la transición sino sobre habitar el espacio común en el que estamos todes, un lugar en el que estamos sometidos a seguir unas reglas impuestas por el heteropatriarcado, pero que poco a poco, y gracias a los cuerpos diversos que se niegan a imposición lleva años produciéndose una ruptura de los límites y cuestionando todo un sistema obsoleto y excluyente.
El nombre del proyecto, Manual para follarse a un macho con vagina, es un McGuffin que cumple con su cometido; es el señuelo que pone en marcha la trama, aunque aquí no haga falta que la desarrolle ni la mantenga. Es más, el sexo no es una de las habitaciones que Pablo Alamá quiere enseñar a los espectadores en este house tour escénico. Este Manual para follarse un macho con vagina no es ni siquiera un manual, sino el relato de la experiencia personal de un hombre que se propuso querer encajar en la sociedad con su cuerpo político.
Esta obra es política, es intimidad consentida, y es un buen ejemplo de nombrar una realidad para existir: la realidad de Pablo Alamá. Obviamente es su visión y vivencia y no tiene vocación de convertirse en un manifiesto con carácter universal o con mayor relevancia que el llegar a todo aquel que se sienta interesado y acuda a El Umbral de Primavera. Manual para follarse a un macho con vagina, basándome solo en la observación del público asistente, quizás se me queda corta en cuanto a intención o mensaje. Quizás un 95% de los asistentes a la representación ya tenemos superado el primer curso de la T en el grado (vital) de quienes estamos amparados por las siglas del colectivo LGBTI+.
Es obvio que Pablo Alamá no quiere el foco, ni la excepcionalidad, ni la relevancia de convertirse en el abanderado de ninguna lucha, porque él es un hombre normal, siempre contando con ese corsé social que es la normalidad o la libertad.Manual para follarse a un macho con vagina es un proyecto generoso, lleno de imperfecciones, necesario y un condimento sabroso en el arròs al forn que es la vida en sociedad.
Crítica realizada por Ismael Lomana
