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01.04.2022 Música  
Voz pura y emoción desatada

Anoche, tras tres intentos pandemia mediante, Pastora Soler realizó su esperado concierto dentro de la programación del Festival del Mil·lenni de Barcelona. Con la Basílica de Santa María del Mar casi al completo, la cantante realizó un extenso repaso por su carrera musical haciendo hincapié en su último álbum.

Pastora Soler protagonizó anoche un concierto muy especial en la emblemática Basílica de Santa Maria del Mar de Barcelona. Tras su disco La Calma y la espectacular gira con la que lo presentó por España, con más de 60 conciertos, Pastora Soler lanzó Sentir, su decimosegundo disco de estudio con 11 canciones llenas de sentimiento y fuerza compuestas por varios autores y que Pastora ha sabido hacer suyas con su magia habitual.

Pasados diez minutos de ansiosa espera, la musica empezó a sonar, las luces bajaron su intensidad para acomodarse a los focos y Pastora Soler, enfundada en un vestido blanco, salió a escena bajo un manto de aplausos. Acompañada de cinco músicos, Pastora fue recibida con gran efusividad por un público deseoso de disfrutarla en directo.

Seguidamente, la cantante dio comienzo al concierto con la canción Amigas; uno de los singles incluidos en su último trabajo discográfico llamado Sentir. El concierto empezó con un público completamente entregado a la cantante que no dudó en bañarla en aplausos. Seguidamente, Pastora cantó Aunque me cueste la vida. Una canción sentida y directa al corazón con la que escuchamos su voz a la perfección.

«¡Bona nit Barcelona!. Gracias a todos y a todas por venir», espetaba. «No sé si sabéis lo que impone cantar en este templo. Y más con una de las citas rescatadas. Es una ilusión triple estar aquí»; decía con la mano en el corazón. «Parece que ya vemos un poquito de luz al final del túnel. Pero sin olvidarnos, lo tenemos grabado en el corazón, de todo lo ocurrido. La música es un bálsamo para curar el corazón». Sin olvidar también a las víctimas de Ucrania, Pastora Soler tomó asiento y cantó el tema Si tu me abrazas. Seguidamente, casi sin dar opción al público a reaccionar, sonaron No te atrevas a olvidarme y Te despertaré. Tres canciones que encadenó como una para hacernos llegar todo el calor y cariño que emanaba de su voz.

«En estos días de pandemia, nos hemos dado cuenta que nuestros mayores son lo primero», decía. «No hemos de olvidar que ellos han dado la vida por nosotros y hay que cuidarlos». Por ello, quiso dedicarles la letra de su siguiente canción que, como dijo, «es amor en estado puro». La cantante se acercó al piano para revisar la letra de Contigo; un tema al que le tiene mucho aprecio pero hacía mucho que no cantaba.
A mitad de canción, la artista se apartó el micrófono y cantó con su característica potencia vocal utilizando la reverberación de la basílica. Un momento mágico (que repitió varias veces durante la noche) y que el público aplaudió a rabiar. Era Pastora Soler, en estado puro, sin arreglos de sonido. Voz pura y emoción desatada.

Tras este momento mágico, Pastora Soler quiso hacer un alto en el concierto para agradecer el cariño que el público le expresa en redes sociales. «Que sepáis que leo las stories de Instagram. Los emails, todo lo que recibo vuestro», decía. Por ello, la cantante no titubeó al expresar dicho agradecimiento a un público fiel. «Sé que muchos de vosotros habéis pasado malos momentos pero recordar que tras la tormenta siempre llega la calma. Cantémosle a cada una de vuestras tormentas para que se vayan». Tras los aplausos de agradecimiento del respetable, empezó a sonar la potente La tormenta; canción que el público celebró de principio a fin.

Tras un interludio musical a piano y guitarra, Pastora Soler volvió al escenario enfundada en un vestido semi-transparente de color negro.

Tras los aplausos que el público le ofreció, la cantante sevillana no dudó en bajar a las primeras filas de público (lo mas cerca posible respetando la distancia de seguridad por la -aun existente- pandemia) para cantar La mala costumbre. Como resorte, el público se levantó para vitorearla.

Seguidamente, espetó: «Esta canción es la reina de los mensajes. Para todos, seamos quienes seamos, recordar que lo más importante es la familia. Hoy, en este lugar tan maravilloso, me siento más cerca de mi padre». Tras este sentido mensaje, sonaron las canciones Y qué pequeña soy yo, A ti y Sólo tú. En esta última, la cantante abandona de nuevo el micrófono para cantar, a cappela, un par de estrofas de la canción.

Tras ello, Pastora Soler quiso homenajear a dos grandes de la música española, Concha Piquer y Rocío Jurado. Para ello cantó Y sin embargo te quiero, donde de nuevo dio salida al delirio de su voz mientras el público la interrumpía constantemente con sus aplausos; y Se nos rompió el amor, donde la cantante dio una clase magistral del uso del requiebro vocal en un final que hizo levantar a todo el público.

El concierto finalizó con dos canciones muy especiales. En primer lugar, cantó su último single, Que hablen de mi; con el que quiso dejar claro que no nos hemos de preocupar poco lo que digan de nosotros si uno es feliz. Y, en segundo lugar, rememorando uno de los momentos más importantes de su vida (así lo indicó) cuando hace 10 años pudo cantar en el Festival de Eurovisión cantando Quédate conmigo.

Tras un pequeño impás donde el publico pedía a voz en grito que la cantante volviese a escena; el equipo de Pastora Soler preparó el escenario para unos bises a guitarras y voz. Algo más cercano y sentido para finalizar el concierto.

«Hace muchos años que no canto una saeta y estando aquí, quiero intentarlo. Para quitarme la espinita», decía. De nuevo, la cantante abandonó la amplificación para abrazar la sencillez y reverberación de la cúpula. El silencio se hizo en la basílica mientras ella cantó. Solo se rompió al finalizar con varios oles y guapas que sus seguidores no dudaron en gritarle.

Finalmente, ella misma nos indicaba: «Vamos a tener un ratito aquí de guitarra. No puedo irme de un concierto sin dedicar una canción al amor más grande. El de una madre». Tras ello sonaron Estrella y Al fondo a la izquierda.

Para finalizar el concierto, Pastora Soler dio las gracias de corazón a su público y a la organización «por esta noche que ha sido tan especial. No dudéis en deciros te quiero y, por favor, ser felices». Tras ello sonó su versión del Piensa en mí de Lara Aguirre Del Pino Agustin y Lara Augustin; popularizado por Luz Casal a principios de los años 90 que, encadenó con Que no daría yo.

Pastora Soler nos deleito con una noche mágica bajo la cúpula de la basílica de Santa Maria del Mar de Barcelona. Una noche que sus seguidores llevaban esperando desde 2019 y que se ha ido posponiendo por la pandemia del Covid-19. Ahora que todo está más controlado, no deberemos esperar tanto para poder disfrutar de ella de nuevo en la ciudad condal.

Crónica realizada por Norman Marsà

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