Ha llegado ese momento del año en el que se programa el Proyecto Anual de Montaje de la Escuela Nave 73, en Nave 73 de Madrid, y este año toca As you like it de William Shakespeare, una comedia pastoril con mucha paja, mucho tul y mucho buscar una pareja.
Escrita hacia el 1599, As you like it es una comedia ligera en el que las intrigas y juegos de poder pierden foco, pasando a centrar la acción en el bosque de Ardén, donde patanes, damas campechanas y granjeros intentan buscar remedio a su soledad y el desamor, en un juego de faldas que la nueva promoción de la Escuela Nave 73 dota de frescura, candidez y sin límites en la identidad de género: son Camila Arranz, Andrea Gober, Solangela de la Guarda, Álvaro Málaga, Tania Malvar, Carla Maró, Javier Martínez, Adrián Pulido, Paula San Millán y Pablo Orteu.
La versión y dirección, de Carlota Gaviño e Íñigo Rodríguez-Claro; dirección de movimiento de Lucas Condró, dirección musical de Pepe Alacid y lucha escénica de Mon Ceballos. Todo el equipo habitual de la Escuela Nave 73 al servicio de una muchachada talentosa que se atreve con intermedios musicales, escenas oníricas animales, de sorprendentes resultados, y un gusto por la comedia que en el proyecto de este año destaca.
Las ¿reglas? habituales para opinar sobre the good the bad and everything in between sobre un montaje a este As you like it no aplican. Y el simple hecho de poder asistir a un espectáculo en el que la pretensión, la energía y la entrega de todo el equipo artístico y la audiencia es disfrutar, pasarlo bien, presenciar la pasión de unes chiques que están compartiendo con, mayormente, la gente que les rodea y les cuida; y se muestran como su true self, ese que con dedicación y un gran componente de suerte se convertirá en parte de su vida, empleo, o un divertimento a través del cual expresarse.
Todos estos años que llevo siguiendo tanto a Grumelot como a parte del equipo, y a la Escuela Nave 73, han valido la pena para asistir al crecimiento de un proyecto en el que ojalá hubiese podido ser partícipe; con otras circunstancias vitales y proyecto de vida, pero del que me siento parte integrante como espectador y fanático. Seguir viendo en nuevos proyectos a promociones de la Escuela, conocerles, presenciar su evolución y disfrutar de su arte, es parte de un universo extendido en el puedo vivir una ilusión que (actualmente) no siento por casi nada, pero que gracias a estas bellísimas y vitales personas, logran que mi síndrome de la cabaña sea combatido con fiereza.
Crítica realizada por Ismael Lomana
