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28.03.2022 Críticas  
Sin noticias del cazador de mariposas

Ópera de Tenerife ofreció el 22 de marzo el estreno en España de la obra Florencia en el Amazonas, del mejicano Daniel Catán. El Auditorio de Tenerife se llenó en las tres representaciones de colorido, no solo vocal, sino también escenográfico, para plasmar una historia escrita por Marcela Fuentes-Berain.

Florencia en el Amazonas relata una historia situada a comienzos del siglo XX. Nos habla de Florencia de Grimaldi, una diva colombiana que tras abandonar su tierra y a su amor de juventud para triunfar en Europa, regresa para reencontrarse con su pasado. Ese amor olvidado se llama Cristóbal Ribeiro y es un cazador de mariposas. La diva se embarca en el Dorado en una travesía por el Amazonas para encontrarle. Pero durante esa travesía transcurren simultáneamente varias historias de amor y no pocas peripecias, las cuales dan pie a que Florencia se descubra a sí misma y realice una hermosa metamorfósis.

La Sinfónica de Tenerife se encargó de ejecutar la partitura de Catán con la excelencia que siempre le caracteriza. Guiada por la batuta de Pedro Halffter quien estuvo en la dirección soberbio, haciendo gala de su estilo elegante y refinado.

De nuevo el Coro de Ópera de Tenerife no dejó de sorprendernos, esta vez no solo sobre el escenario, sino también en su interpretación sorpresa a la finalización del primer acto, situados en la misma entrada del palco central. La acústica del Auditorio facilitó que las voces sonaran con tal belleza y vigor que a los allí presentes se nos puso la piel de gallina.

De esta producción, es necesario destacar de forma indiscutible el excelentísimo trabajo realizado por todo el equipo artístico y técnico. Bajo la dirección de Chía Patiño, la escenografía a manos de Izmir Ickbal, el diseño de vestuario por Felype de Lima, el diseño de iluminación a cargo de Erin Fleming y el diseño y dirección de marionetas por Alejandra Prieto, consiguieron que el escenario se convirtiera en sí mismo en un mundo mágico y armónico donde todo podía pasar. Como Patiño expresó, querían que el espectador visualizara por sí mismo los paisajes que la historia recorrería. Buscaron apelar a la imaginación de cada uno y con pocos y sencillos elementos, lograron hacernos embarcar en ese viaje de ensueño, con Florencia y sus compañeros de aventuras a nuestro lado, sobre la cubierta de ese maravilloso barco de vapor.

Se podría decir que el personaje de Riolobo es el hilo conductor de la historia. Adquiere protagonismo singular puesto que es el nexo de unión entre dos mundos, el real y el mágico que envuelve el Amazonas y las tierras que baña. El barítono Àngel Òdena adoptó al personaje, asumiendo las prendas y pinturas tribales con total naturalidad. Para un rol tan potente se requería una actuación adecuada y dotada de la misma potencia y efectividad. Después de todo, es Riolobo quien hace la réplica al coro al final del primer acto. Òdena hizo una interpretación magnífica, estelar; no se amilanó ni por el personaje, ni por las exigencias vocales de este.

La soprano Sandra López interpretó el rol de Florencia. Este es un papel exigente con extremadas dificultades al que se le añadió la particularidad de sus ritmos latinoamericanos. En general, López estuvo más que correcta en su interpretación, teniendo en cuenta la dificultad anteriormente mencionada. Esta se hizo más evidente en los agudos y en el hecho de que Catán pone en sus obras más énfasis a la música que a las voces, lo que hace a veces difícil poderlas escuchar correctamente.

La soprano Lina Mendes interpretó a Rosalba con calidez y dulzura en su voz, equilibrando la voz más vigorosa del tenor Airam Hernandez, quien interpretó a su amante, Arcadio, de forma espléndida.

El tándem entre la mezzosoprano Adriana Zabala en el papel de Paula y del barítono José Julián Frontal en el rol de su marido Álvaro, nos regaló momentos deliciosos, cargados de naturalidad. Tanto Zabala como Frontal realizaron interpretaciones grandiosas. También el bajo Alejandro López, en el rol del capitán, realizó una interpretación sólida y excelente.

Catán embarcó a un pequeño grupo de personas para que realizaran el viaje descubridor que cambiaría sus vidas para siempre. La propuesta que ha hecho de esta pequeña joya Ópera de Tenerife ha sido brillante y cargada no solo de talento y buen hacer, también de mucho amor y complicidad, hecho que quedó evidente en la larga ovación que les dedicó un público entusiasmado.

Crítica realizada por Celia García

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