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09.03.2022 Críticas  
Please, fasten your seatbelts

Julio Provencio escribe, dirige e interpreta … and breathe normally, un espectáculo de Becuadro Teatro, creado en colaboración con la sala Exlímite y que ahora puede verse en Nave 73 de Madrid, durante el mes de marzo.

El pasajero del 7D del avión que parte de Paris a Madrid repara en que algo pasa en el vuelo y que los atentados del aeropuerto y el metro de Bruselas no distan mucho de donde se encuentra él ahora mismo. Paranoia, imaginario terrorista y sospecha pasarán por la mente del protagonista mientras intenta concentrarse en su lista de reproducción, poniendo banda sonora a un hipotético atentado.

Julio Provencio acompaña a la audiencia en este periplo alucinado en el que todos los prejuicios que uno bloquea en su día a día, y que han formado parte de esa impronta racista de muchas generaciones, salen a relucir a más de 10.000 metros de altitud, motivados por todos los sucesos acontecidos en tierra; una distancia mas que prudencial que parece alejar la amenaza o, en este caso, sentir mayor vulnerabilidad porque no hay escapatoria. La dirección del propio Julio Provencio, junto con Josete Corral, consiguen transmitir el desasosiego del protagonista, pero la sensación que transmiten es envolvente, como las mantas finas y sintéticas de las aerolíneas “bien”; la situación que describe podría crear desasosiego, pero el efecto está acolchado y roza el abrazo calmante y apaciguador.

El espacio escénico de Yeray González Ropero, el espacio sonoro de Manu Solís y la iluminación de David Martínez, consiguen el trampantojo del espacio de un avión en su interior, que hace excelsa la ambientación con tan contados elementos. Magistral aprovechamiento de los recursos: bravos.

… and breathe normally podría haber buscado el tono de thriller, algo muy efectista con el patrimonio escénico que tienen, pero Julio Provencio opta por una exposición de las sensaciones y pensamientos, y de un cierto pánico acolchado; una histeria tranquila y casi resignada, ante algo que solo está ocurriendo en su cabeza. Estando muy próxima una fecha en la que sucedieron unos atentados como los que originan este texto, y habiendo vivido en primera persona esos hechos, totalmente bloqueados por mi subconsciente, y a día de hoy, incapaz de enfrentarme a lo acontecido, me he sentido ajeno a todo lo que Provencio siente y me aleja de esa empatía que seguro que gran parte del público puede llegar a sentir y que ayuda a que esta pieza tenga una calidad notable.

Crítica realizada por Ismael Lomana

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