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10.01.2022 Críticas  
La belleza de lo no dicho

El Teatro Español de Madrid estrena el 2022 con un montaje de los más esperados. Silencio, escrito y dirigido por Juan Mayorga e interpretado por la gran Blanca Portillo. Un montaje que retuerce el lenguaje y da brillo a los silencios. Se asegura un lleno absoluto en todas las funciones programadas.

En 2019, Juan Mayorga ingresaba como académico en la Real Academia Española. Su discurso versó sobre el Silencio. Un discurso repleto de teatro y de amor al lenguaje. Ahora se pone sobre las tablas del Español ese discurso. Si bien no es el mismo discurso literal, si podemos ver al dramaturgo que lo expone. Un dramaturgo que le pide a una actriz que lo pronuncie por él. Ahí entra en juego Blanca Portillo, con un traje que le queda enorme, que la atrapa, del que irá desprendiéndose a medida que el discurso avance y se deje llevar por el poder del escenario y por el poder de los silencios.

Ver a Blanca Portillo sobre las tablas del Español es ya de por sí un acontecimiento. Si a eso le sumamos un texto muy personal de Juan Mayorga, entonces la ocasión es doblemente disfrutable. Despliega la Portillo su lado más payaso, más versátil. El texto le permite un juego teatral envidiable. Jugando a crear escenarios con la escenografía de Elisa Sanz. A partir de la segunda mitad del montaje despliega la Portillo sus armas pesadas, mutando en variedad de personajes. Desde la Poncia de Bernarda Alba, al Segismundo de La Vida es Sueño, pasando por Sancho Panza a los personajes de Beckett. Todo para ensalzar el poder de los silencios. De lo que los silencios dicen y otorgan. Al poder que ejerce un silencio, ya sea este ensayado o no.

Aunque se empeñen tanto Mayorga como Blanca en decir que no están interpretando al mismo Mayorga en el reconocible discurso, es imposible no ver la figura del dramaturgo en escena, si bien el ejercicio de reírse de uno mismo está perfectamente integrado y consigue despertar las simpatías del respetable.

No se me ocurre que otra actriz o actor podría enfrentarse al reto. La Portillo lo hace con nota, el esfuerzo es evidente y la dificultad del texto es innegable. No es un texto nada fácil y Blanca lo consigue trasladar de manera impecable, ejerciendo un magnetismo que traspasa al espectador, consiguiendo que el Silencio sea protagonista. Este montaje que inaugura el 2022 en el Español atraerá espectadores sedientos de teatro. No es un montaje fácil para el espectador, requiere de un esfuerzo de atención indivisa para que el mensaje cale en las emociones del que escucha. No solo del que escucha y siente las palabras sino del que quiere entender y apreciar la belleza del silencio. Esto va de atender lo que no se dice, de entender la ausencia de palabras, de ver lo que no se oye.

Crítica realizada por Moisés C. Alabau.

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