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14.04.2021 Críticas  
Ensimismada

El Umbral de Primavera en Madrid abre el mes de abril con Nueva Hornada, tras cinco ediciones formando en dirección escénica contemporánea, de la mano de Carlos Tuñón y su equipo [los números imaginarios], a nuevos y nuevas directoras, quieren mostrar sus trabajos profesionales al público.

Tengo la sensación de haber estado en el mismo que todos, es una pieza escénica de autoficción de Teresa Ases interpretada por Sandra Canals, partiendo de la cuestión de ser madre, hija y mujer, visto a través del velo de plástico que recubre la memoria y separa el mundo interior del exterior. Uno de los aspectos más sobresalientes de la propuesta de Tengo la sensación… es la plástica teatral de Carlos Iglesias Faura y el diálogo con el videoarte de Juan Asego y la iluminación de Elena Santos, sacando el máximo partido al espacio escénico: versátil, evocador e hipnótico.

Sandra Canals interpreta a la dramaturga y directora, Teresa Ases, en esta reflexión marcada por el confinamiento y la pandemia, donde se declara que en julio de 2020 los planes no eran quedarse embarazada y traer a esta neo-normalidad a una persona que como Wendy de Peter Pan o Dorothy en El Mago de Oz, se vea abocada a enfrentarse al inevitable tornado que supone convertirse en adulto. Tengo la sensación… es un cuestionamiento metafísico y existencialista sobre el lugar que ocupa la autora en el mundo, sin llegar a cuestionar el de su progenie, aunque el primer papel que desempeñará será el de hija/o.

El peligro de la autoficción es caer en lo complaciente y no trabajar desde la objetividad con la que uno se conciba, y Tengo la sensación… comienza muy bien entregando al espectador la madeja que se irá desmarañando, aunque esto no termine de ocurrir, siendo muchos los nudos que encuentra la autora en el hilo de su existencia, y que no termina de desenredar nunca.

Son también demasiados los capítulos que completan el proyecto, y escribiendo esto desde ese 95% de cosas no retenidas al día siguiente de ver el montaje, es un goce ver el uso de los nuevos lenguajes escénicos de esta co-producción de Somos Vértice y Navel Art, pero la montaña rusa de proposiciones argumentales marea más que entretiene al espectador, aunque este riesgo que se ha corrido en cuanto a una entrega tan apabullante de contenido vital transformado en proyecto escénico es la entrega que necesita la dramaturgia contemporánea para no caer en lo acomodaticio y lo convencional.

Creo que ya está casi todo vendido para esta Nueva Hornada en El Umbral de Primavera y es un muy buen signo para una propuesta renovador y radical que da cabida en la cartelera de la capital a nuevos lenguajes, nuevas dramaturgas y nuevas intérpretes que renueven el torrente sanguíneo del teatro, que ahora necesita, más que nunca, de energías renovadas y propuestas dinamizadoras que reactiven el sistema inmune de los espectadores.

Crítica realizada por Ismael Lomana

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