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08.01.2021 Críticas  
Danzando el confinamiento

Fordlandia es el nombre del espectáculo creado por los bailarines Lucía Lacarra y Matthew Golding, que conjuga conjuga vídeo, música y danza para expresar lo vivido en los meses de confinamiento. Podrá verse hasta el 10 de enero en los Teatros del Canal de Madrid.

En el encuentro con el público posterior a la función, Lacarra comentaba que Fordlandia era un sueño pendiente. Ambos bailarines, que se conocieron trabajando en Dortmund, siempre habían querido crear su propia productora y su propio proyecto. Con lo que no contaban era con la pandemia que estaba por venir, que enmarcaría su trabajo y este proyecto tan personal. A pesar de estar separados, Lacarra en España y Golding en Holanda, tendrían el tiempo y la oportunidad de llevarlo a cabo.

Es difícil describir con palabras la elegancia de un espectáculo tan sentido, delicado y bello, tan potente en imágenes aun cargado de una paz inmensa. Exquisita la elección de piezas de Chopin, Jóhannsson o Pärt. Las imágenes de la naturaleza en la pantalla, bosques, acantilados y playas, incitan a soñar. La presencia de los bailarines en ellas, quietos, sin decir una palaba, tan solo con la vista puesta en el horizonte, transmite el dolor de la separación, la incertidumbre y, sobre todo, la búsqueda del otro, la esperanza del encuentro con el otro.

Todo el espectáculo es sublime, pero debo resaltar las escenas iniciales: las imágenes del teatro vacío nos enseñan este lugar como nunca antes lo habíamos visto; los silencios tras la música son necesarios para poder observar las pisadas de los bailarines en todo su esplendor. Tras las imágenes, en escena, Lacarra y Golding se dejan el corazón bailando ante un fondo grisáceo y una luz tenue. Parece verdaderamente un sueño. Esperen a ver lo que hacen con una tela momentos más tarde, que les permite bailar sobre las olas.

Las coreografías incluyen acrobacias, baile clásico, contemporáneo, casi danza-teatro en ocasiones; así me lo pareció el juego con las extremidades, que creaba algunas de las figuras más bellas, de cuerpos buscándose, unidos y separados simultáneamente. Hacia el final del espectáculo veremos cuerpos que, ya habiéndose encontrado, se desintegran poco a poco entre la imagen y la escena.

Fordlandia es un espectáculo que combina diversos artes para aquellos ávidos de belleza y buen hacer. Lacarra y Golding, junto con su productora y equipo, hacen un gran trabajo y se recrean en la no-narrativa y la abstracción para mostrar a dos seres que, desde diferentes lugares, se sueñan y terminan por encontrarse, para plasmar los recovecos de la condición humana, los anhelos y la incertidumbre, el todo y la nada, en forma de pura sensibilidad y belleza.

Crítica realizada por Susana Inés Pérez

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