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06.10.2020 Críticas  
Schumann, Shostakovich y Ginastera

El pasado 3 de Octubre se reunieron tres maestros de la música clásica en el Auditorio de Tenerife. Con la batuta de uno de los mejores directores del circuito internacional, Juanjo Mena, la Orquesta Sinfónica de Tenerife presentó el programa Schumann, Shostakovich y Ginastera.

Como invitados tuvimos al ya mencionado Juanjo Mena y al violonchelista Pablo Ferrández, quien será el artista en residencia de esta temporada. Mención especial para el Auditorio de Tenerife que, una vez más, cumplió con los más altos estándares de seguridad para que disfrutáramos de una velada magnífica.

Comenzó la obra con una composición de alto calibre, la cual envuelve una dificultad elevada en lo técnico y musical. Hablamos, por supuesto, del Concierto en la menor para violonchelo y orquesta, Op. 129 de Robert Schumann. Cuatro acordes fueron los encargados de abrirnos a una experiencia musical mágica. Y es que Pablo Ferrández demostró el porqué es considerado uno de los mejores chelistas de su generación, ya que nos ofreció una versión elocuente y con gran expresividad. Destacaron sobre todo lo demás las cadenzas en el primer movimiento, con claros matices y un alto contenido emocional, cosa que enfatizó en gran manera. Destacó también la dirección de Mena, quien no solo siguió a la perfección el ritmo del solista, sino que supo dar vida y balance a la orquesta. Sin lugar a dudas, presenciamos una interpretación de lo más cautivadora de una de las mejores obras de Schumann. Disfrutamos además de una hermosa propina con la que Ferrández cerró su actuación.

Le siguió a esta la Sinfonía de cámara op. 110a de Dimitri Shostakovich, otra obra maestra, y que para mí, nos brindó el momento apoteósico de la noche. Mena elaboró una interpretación sublime e inteligente, con una prevalencia orquestal que dio emoción a la composición. Destacó sobre todo el Allegro molto, con un tempo acelerado y vigoroso. Observamos a una orquesta y director fulgurantes de energía y pasión, algo que se reflejó en toda la interpretación.

Y terminamos con las Variaciones concertantes, Op.23 del compositor argentino Alberto Ginastera. Sirvieron estas para que en cada una de las doce variaciones se destacaran los solistas de las Orquesta Sinfónica residente.

El rondo número XII estuvo cargado de fuertes efectos rítmicos y melódicos, así como de referencias al jazz, los cuales llenaron el aire de vida y pasión hasta el último acorde. Un cierre brillante para una representación que una vez más demuestra lo que podremos disfrutar esta temporada de la Orquesta Sinfónica de Tenerife.

Crítica realizada por Darnell González

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